Hace meses, curioseando en esos armarios que casi todo el mundo posee, donde se guardan libros, documentos, fotos del pasado… encontré un pequeño carnet de color blanco en el que rezaba en su primera página: Real Conservatorio Elemental de Albacete. Al abrirlo figuraban mis datos; nombre y apellidos, edad: 9 años, etcétera… Y allí estaba esa foto en blanco y negro de una niña sonriente con flequillo y coletas. Años 70.
Después de la lógica sonrisa que despertó en mí esa imagen, vinieron recuerdos de aquel momento, cuando un grupo de alumnas del colegio Ntra. Sra. Del Carmen, animadas por nuestros padres, tuvimos el primer acercamiento a ese maravilloso mundo de la música con sus pentagramas, claves, corcheas y ¡hasta semigarrapateas!…
Pronto, después de haber adquirido los pertinentes conocimientos del curso Preparatorio de ‘Solfeo’ (que así se llamaba entonces), nuestra profesora, la hermana Perseverancia, comenzaron los trámites para presentarnos a los exámenes que cada año se celebraban en aquel lugar desconocido hasta ese momento para nosotras y a nuestro juicio, con un nombre que nos resultaba de lo más extraño: Conservatorio. Inteligentemente, nuestra profesora así lo había decidido. De esa forma, año tras año, daríamos oficialidad a los conocimientos adquiridos en cada curso, obteniendo después de cuatro, el título de Grado Elemental de Música, que iríamos completando al mismo tiempo con los correspondientes cursos de Instrumento y Canto Coral.
Duro fue el esfuerzo para superar aquellos exámenes, pero mereció la pena. Hasta ese momento, en los pueblos de La Mancha existían buenísimos profesionales, en su mayoría directores de bandas que en las escuelas de educandos creaban cantera para sus bandas, así como fomentaban entre sus alumnos el gusto por la música. Pero, posteriormente, pocos de estos músicos realizarían estudios oficiales, seguramente por el inconveniente de los desplazamientos y demás cuestiones que surgían al carecer de Escuelas de Música y Conservatorios oficiales en la provincia.
Finalizado el Grado Elemental, y no existiendo en nuestra provincia Conservatorio donde poder cursar el Grado Profesional (Hasta 1981 no se creó el primer Aula de Grado Elemental en Ciudad Real y que dependía del Conservatorio Superior de Córdoba), tuvimos que matricularnos en el Conservatorio Profesional de Murcia, donde, en algunos cursos, asistimos como alumnas oficiales, lo que suponía desplazarnos una vez al mes en los trenes nocturnos llamados ‘Correos’ donde pasábamos toda la noche hasta llegar a primera hora de la mañana para asistir a nuestras clases y regresar por la tarde a Socuéllamos.
Resultaba muy sacrificado, pero no se podía estudiar música de otra manera al vivir en un pueblo de La Mancha. En Murcia, los profesores nos trataban muy bien a las alumnas de Socuéllamos, que era como decir de ‘Allende los mares’… Se ‘hacían cargo’ de lo que suponía para nosotras y nuestras familias esos largos desplazamientos. Complicado estudiar música entonces…
¡Pero algo maravilloso ocurrió allá por el año 1988! El equipo de Gobierno formado por Ramón Parra, impulsado por el conocido y prestigioso músico socuellamino don Jesús Montalbán junto a la Asociación Amigos de la Música, hicieron que los estudios de música para los vecinos de Socuéllamos dejasen de ser un sueño casi imposible, manteniéndose dicho apoyo institucional hasta nuestros días.
Fue en otoño de aquel año cuando comienza su andadura nuestra Escuela Municipal de Música Maestro Moragues, en la que he tenido el honor de ejercer como profesora desde su creación y que porta el nombre del muy querido director de la Banda Municipal de Socuéllamos, don Juan Moragues.
A partir de aquel otoño del 88, cualquier niño/a o joven de nuestra localidad que lo desease, tendría la oportunidad de adquirir conocimientos musicales de Grado Elemental, con la posibilidad de ser preparados en la propia escuela para las pruebas de acceso al Grado de Enseñanza Profesional que se celebran en los numerosos conservatorios profesionales que actualmente existen en nuestra región, siendo el más cercano, a tan solo 40 Km de nuestra localidad, el Conservatorio Profesional de Alcázar de San Juan-Campo de Criptana.
Son cientos de niños/as y jóvenes, los/as que han pasado por nuestra Escuela de Música en todos estos años, así como los adultos a los que también se les abrieron las puertas; siempre dirigidos todos ellos por estupendos profesionales que han velado tanto por la calidad de la enseñanza como por la continuidad de la propia Escuela de Música; un bien que los Socuellaminos, especialmente los que vivimos tan de cerca aquellas ‘travesías en tren’, deseábamos disfrutasen nuestros hijos, así como generaciones venideras.