viernes. 03.05.2024

Here comes the sun

Era una soleada mañana de agosto del 97 y mis pies volaban, raudos y ligeros, por los adoquines de Edimburgo.

Era una soleada mañana de agosto del 97 y mis pies volaban, raudos y ligeros, por los adoquines de Edimburgo. Aquellos amigotes manchegos, con los que compartiera un mes de estudios descubriendo los encantos de ‘La pérfida Albión’, me habían asignado la búsqueda de nuestro Santo Grial. Llevábamos ya tres semanas aposentados en las costas de York, y salvo por leves incursiones radiofónicas en EL LARGUERO, nada sabíamos de nuestra querida patria. Eran otros tiempos y la red era algo incipiente y mucho menos accesible.

La bella ciudad escocesa fue el lugar elegido. Allí teníamos que encontrar un periódico español, no podía ser de otra forma. Y no sé yo lo que pasaría por el alma de Rodrigo de Triana cuando avistó Tierra, pero ya les digo que parecido a lo que sentí cuando mis ojos columbraron la cabecera de EL PAÍS entre un mar de periódicos. Tiene bemoles que yo, hasta entonces leal y fiel lector de ABC, me emocionara ante semejante visión. ¡Cuánto une la distancia y cuánta falta nos hace para descubrir lo que cabalmente somos! Sobra decir que el periódico fue manoseado, estrujado, sobado, deglutido, y casi diría que abducido, por toda la expedición. Solo un trocico de jamón serrano, que sacó un compañero en el Castillo de Scarborough, pudo presumir de tener un final más rápido que el periódico de marras.

De entonces a esta parte han cambiado mucho las cosas pero, en esencia, llueve sobre mojado. Hace muy poco ha nacido un nuevo periódico nacional, EL ESPAÑOL, en cierta forma deudor y heredero de aquél en el que escribiera Larra. Una declaración de intenciones preside su slogan: “No hace falta papel”. Y coincido plenamente, lo que hace falta son ideas, ilusión, talento, investigación, objetividad, independencia; en definitiva: PERIODISMO. Buen periodismo.

Allende los tiempos y entre el mar de nuestras vides, han aparecido –fugaces- pequeños islotes que, no por breves, merecen menor consideración y respeto. En 1920 nació EL CORNETÍN, “ensayo de periódico nacional, eminentemente político”, y en su segundo número –que no sé si último- se definía como “periódico defensor de los intereses locales”. Seis años después, y esta vez impreso en las gráficas autóctonas –que el anterior lo fuera en la de Castellanos, de Alcázar-, EL PROGRESO, a cinco céntimos el ejemplar: “Periódico semanal defensor de los intereses de la región”. Andando el trecho, en 1969, con portada de Perona, y de la mano de José López-Osa, nacía para la viticultura LA PÁMPANA DE BACO. Y poco después, en 1970, bajo la batuta de nuestro querido Rvdo. D. Lorenzo Arroyo, con periodicidad mensual: TITOS. Gracias también a ti, Porfirio, que como cronista de nuestro pueblo, eres -a mi entender- el más grande ‘periodista’ de los que en la villa han sido. Quedan para postrera ocasión los que hicieron periodismo sin la pluma.

Y aquí tenemos, en fin, el que espero y deseo sea referente informativo de nuestra localidad: SOCUÉLLAMOS DIGITAL. Te doy la bienvenida, amigo. Son buenos mimbres los que hacen tu cesto. Te saludo con el mismo entusiasmo que embargara a los Beatles cantando a la primavera: “Here comes the sun…”. Y al igual que ellos, digo: “It`s all right”. Todo está bien cuando las sombras se iluminan y sentimos el calorcico.  Todo está bien cuando se nos deja hablar y se nos quiere escuchar. Todo está bien cuando se respiran aires de libertad. Cogido de tu mano, veo como se apartan las nubes y extiendes un manto de luz sobre la inmensa llanura.

Here comes the sun