viernes. 03.05.2024

En defensa de nuestros intereses

En la portada de ABC del sábado  28 de octubre de 1967 aparecía una fotografía en la que se veía una cola de remolques tirados por mulas esperando a descargar en nuestra Cooperativa. En la esquina inferior izquierda, acompañando a la imagen, el siguiente texto:

 “FIN DE VENDIMIA. La retrasada vendimia de este año ronda ya sus últimas jornadas. La ausencia de lluvias ha mermado volumen de producción a la vez que elevó precios y graduación del mosto. En la cooperativa de Socuéllamos, donde llegan los últimos remolques con su cargamento, se obtendrán de 20 a 25 millones de litros”.

La cosecha de ese año sería finalmente de 26 millones de kilos, que se liquidarían a 3,42 pts/ Kg (para la media de grado obtenida en la campaña). Los precios irían experimentando un lentísimo crecimiento, de modo que en el ejercicio 76/77, y con una cosecha aproximada de  14 mill/kg, se situaban en la cifra de 5,71 pts. En la campaña siguiente, la 77/78, se recogían 22 mill/kg y los precios se triplicaban, alcanzando la –para entonces- extraordinaria cifra de 14,71 pts. De aquí en adelante, ligeras oscilaciones hacia arriba y hacia abajo, hasta llegar a la campaña 88/89 en que, con una producción de 37,5 mill/ kg., se producía un subidón en los precios, alcanzando las 30,32 pts.

¿Qué pudo ocurrir en las campañas 77/78 y 88/89 para que los precios experimentasen unas subidas tan acusadas? De los hechos subjetivos y opinables podrían decirse muchas cosas, pero lo que es incontrovertible es que se produjeron varias circunstancias determinantes para el curso de los acontecimientos, a saber: en 1978 se aprueba el Reglamento de desarrollo de la entonces vigente (aunque ya muy desfasada) Ley General de Cooperativas, en 1986 España entra, por fin, en la tan ansiada CEE y, finalmente, en 1987, es aprobada la nueva Ley que regiría en el cooperativismo.

¿Podemos sacar alguna conclusión razonable de estos datos estadísticos, históricos e irrefutables, que pueda ser usada por nosotros en el momento presente? Yo creo que sí. Tanto el titular de ABC, como las cifras de liquidación de nuestra Cooperativa (a la que pongo como ejemplo de un contexto, no por incidir en ella particularmente) nos permiten extraer, al menos, tres conclusiones:

Primera: Que la vendimia terminaba para Los Santos.

Segunda: Que la producción influye en los precios; por lo común, a mayor producción, menor precio.

Tercera: Que al margen de que los precios fluctúen según las normas no escritas de oferta y demanda, también lo hacen por otras normas,  llamadas leyes, que pueden mejorar las cosas –o empeorarlas- de manera decisiva.

Como yo no soy ningún lumbreras, tan solo se me ocurre añadir que, al igual que yo, saquen ustedes sus propias conclusiones. A veces no hay que estrujarse mucho la mollera, pues es tan sencillo como no dar tantos rodeos a lo que está meridianamente claro. Y si es que está tan claro, en lugar de mirar hacia otro lado, ponerse manos a la obra y actuar en consecuencia.

Los ciudadanos tenemos la obligación de ser activos en la defensa de nuestros intereses e instar a quienes deben legislar a que lo hagan con justicia y amparando a quienes los han elegido para que los representen. Es decir, que si esos señores a los que hemos votado no tienen el detalle de llamar al orden a los agricultores franceses y sus correspondientes gendarmes, tendremos que ser nosotros quienes, a su vez, les llamemos al orden a ellos. Y así, también, con la no modificación de leyes inaplazables para la supervivencia de nuestra viticultura.

No es ningún capricho, ni tampoco una ventolera. Hay que actuar ya, aquí y ahora. En defensa de lo nuestro y de nuestra tierra, en defensa de nuestras vidas, en defensa de los que vienen: en defensa de nuestros intereses.

En defensa de nuestros intereses