domingo. 05.05.2024

El negro

No me voy a referir a personas con la piel negra, sino a quienes escriben por encargo de famosos de diversos estamentos del mundillo de la farándula, a los que la literatura les trae sin cuidado, pero que para afianzarse en su mundo firman libros o artículos que otras personas más inteligentes que ellas escriben por encargo, apareciendo ellos como autores  que nunca han sido. A las personas que hacen estos trabajos por encargo, se suele decir, “eso lo ha escrito un negro”, aunque tengan la piel más blanca que la nieve.

Esta expresión no tiene ninguna connotación racista, ya que parece ser que así se les define o incluso ellos mismos lo hacen, por escribir ocultos y, por tanto, en la oscuridad de la fama. Hace poco, el premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa comentaba que siendo estudiante trabajó de ‘negro’ para una ricachona peruana porque necesitaba dinero para poder vivir. Así lo define él mismo.

A veces estas personas, los negros, se vengan de sus ‘amos’ y en esos escritos suelen meter algún que otro gazapo. Incluso plagian capítulos enteros de esos libros y así desenmascaran a los falsos escritores. Ejemplos tenemos.

¿Por qué digo esto? Escuchando a la portavoz del PP en el Ayuntamiento de Socuéllamos,  Ana Losa, es casi seguro que en el PP hay alguien que no la quiere bien. Cuando lee sus intervenciones, bien en los plenos, ruedas de prensa, etcétera, se ve claramente que hay una mano oculta que escribe esas intervenciones. Si nos remontamos al mundo de la literatura, Ana Losa tiene un ‘negro’ que le hace esos trabajos y ella, que no está muy avezada, la mayoría de las veces las lee tal y como se las dan, metiendo auténticos gazapos que, con sólo leerlos antes de hacerlo en público, podría corregir. No sé si es que no tiene la suficiente capacidad para hacerlo ella misma, pero la responsabilidad será de su ‘jefa’ al haberla puesto en cargo tan importante.

Algunos de poca importancia. En el debate de la moción de censura, comenzó diciendo “buenas noches” cuando en realidad eran las 12 de la mañana.

Siguió leyendo, y uno de los argumentos más cargados de razón para justificar la moción de censura contra Elena García, según dijo, fue haber retirado una placa de la inauguración del primitivo Ayuntamiento donde figuraba el entonces alcalde Aníbal  Arenas, siguió diciendo, el alcalde más querido de la historia de Socuéllamos. No voy a entrar en cuestiones personales de este alcalde, sino de lo que políticamente representaba: nada más y nada menos que a la dictadura de Franco. La única legitimidad que le mantenía como alcalde era la de un golpe de estado y haber provocado una fratricida guerra civil. Por edad, Ana Losa -ni tan siquiera sus padres- no pudieron conocer a este alcalde, por tanto, está claro que tiene quienes le escriben lo que ella debe decir. Y, a veces, como en este caso, que eso lo mantenga la portavoz un partido democrático que nada tiene que ver -¿o sí?- con una época felizmente superada, es vergonzoso.

Creo que Ana Losa puede estar segura que la aprecio más que los que le escriben sus intervenciones, al intentar decirle que corrija y no meta la mata tan a menudo como suele hacer, porque ‘perlas’ de este calibre y más gordas aún tenemos anotadas para irlas desmenuzando.

La otra gran protagonista es María del Mar Delgado, pero ésta por sus silencios. Hay que ver en sólo unos días lo que ha cambiado esta mujer, de estar preocupadísima porque Elena García le restaba protagonismo ante sus electores y simpatizantes si llegaba a acuerdos con ella, María del Mar Delgado debía tener su protagonismo en plenos y demás para demostrar su gran valía, según manifestaba ella misma.

Se debe encontrar muy bien pagada con esos acuerdos, públicos o secretos, cuando ha desaparecido del mapa, a no ser que se le vea tomando un café con Julia Prudencia Medina. Pero en los plenos ya ni se le pide parecer. “Nueve votos a favor, siete en contra”, por lo que se supone que María del Mar Delgado se ha diluido totalmente en el PP. Lo normal sería pedirle que manifestara públicamente cuál es el sentido de su voto, aunque hubiera un acuerdo, y no que Julia Prudencia Medina cuente ese voto como uno más del PP.

Por tanto, habrá que pedir que se le retire a UPyD la asignación que como grupo político tiene de nuestro Ayuntamiento, ya que, según se ve, sólo hay un grupo, el popular. Aunque seguro que ese será uno de los puntos secretos del acuerdo de la traición, que entre dinero público de ‘hasta debajo de las piedras’.

Siento que María del Mar Delgado ya no nos pueda deleitar con sus inteligentes y buenísimas intervenciones. Es una pena haber perdido esa oportunidad, con lo que sus amigos y simpatizantes ya no podrán contar con tan “valiosísima oradora” en los plenos municipales.

El negro