domingo. 05.05.2024

Desplazados

En España estamos viviendo en 17 países distintos donde ya existe el pasaporte: una tarjeta sanitaria que te diferencia y discrimina.

Me pongo a escribir con la indignación que me supone lo que les voy a contar.

Mi hijo está casado con una chica natural de San Vicente del Raspéig (Alicante) y mi nieta mayor también nació en dicha localidad. Por razones de trabajo tuvieron que venirse a Socuéllamos, donde viven y trabajan. Ellos en esa localidad tienen una vivienda en propiedad por la que pagan sus correspondientes impuestos, además viajan con frecuencia a San Vicente por razones familiares, ya que allí vive toda la familia de mi nuera.

Pues este 21 de Noviembre, estando ellos en su casa, mi nieto se pone malo con vómitos y diarrea. Un bebé de 18 meses. Van al centro de salud de esa localidad y, pásmense, le niegan atención sanitaria porque en una localidad de 53.000 habitantes no hay pediatra de guardia. Además son desplazados, ya que la tarjeta sanitaria que aportan es de Castilla-La Mancha y eso dificulta el problema: estas personas, es decir los desplazados, sólo pueden ser atendidas en el hospital general de la capital. ¿Desplazados? ¿Un manchego en Alicante es un desplazado? Yo entendía que lo son las personas que tristemente vemos a diario por miles huyendo de la guerra y del hambre. Pero en tu propio país, en tu pueblo -como es el caso de mi nuera y mi nieta- te consideran un desplazado por el hecho de vivir en otra Comunidad Autónoma. Siento repugnancia y asco de los políticos que implantan estas leyes y de los  profesionales que las aplican. Mi hijo ha puesto la correspondiente reclamación, que dormirá el sueño de los justos o dentro de varios meses le responderán con vaya usted a saber qué.

Y nos rasgamos las vestiduras porque Cataluña - o mejor dicho, algunos catalanes - quieren la independencia, si en la práctica en España estamos viviendo en 17 países distintos donde ya existe el pasaporte: una tarjeta sanitaria que te diferencia y discrimina de los habitantes de esos ‘países’. Vergüenza que hace que personas como yo, que creo en la España de las autonomías y descentralizada, tenga que arrepentirme de pensar así. Y que lo que es un hecho diferenciador positivo como la lengua y la cultura de los distintos pueblos de España, se convierta en un hecho de exclusión. Y que los políticos de esos ‘países’ se gasten el dinero de todos en mantener estos enfrentamientos olvidándose de las personas.

Por tanto, que a nuestros políticos no se les llene la boca de que tenemos una sanidad ‘UNIVERSAL’ porque es simplemente mentira. Tenemos una sanidad provinciana, y más vale que esos políticos, en vez de tanta bandera y tanta lengua propia, se dignaran a acordarse de que los ciudadanos somos todos iguales por el simple hecho de ser españoles. Hayamos nacido donde hayamos nacido.

El gobierno central debería poner orden en este disparate, y lo mismo que la política exterior y la defensa nacional no son transferibles a las Comunidades Autónomas, la sanidad, educación y hacienda pública deberían ser competencia del estado central. Porque hemos llegado a una situación en la que, dependiendo de donde se viva dentro de España y siendo todos españoles, tendremos servicios como en Suecia o como en el Congo. Así de disparatada se ha vuelto la situación en nuestro país.

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