viernes. 26.04.2024

¿Hay alternativa al Gobierno?

Con todas las reservas posibles, las encuestas siguen dando un estancamiento de todas las fuerzas políticas. Unos suben unas décimas, otros bajan según la coyuntura del momento. Aun así, el PP sigue el primero en torno al 30%, Podemos 22%, PSOE el 20%, y el filial del PP (C,s) sobre el 12%. Es decir, si sumamos la fuerza de la derecha y de izquierda, nos da un empate en un 42%.

En La Sexta escuchaba a José Bono decir que el problema del PSOE ha sido fundamentalmente por la cerrazón de Pedro Sánchez de querer pactar con Podemos. Hizo un desglose de todos los males que aquejan a la organización morada (cierto que casi todo es verdad) y alegaba que el PSOE debe recuperar el voto perdido para convertirse de nuevo en alternativa del poder. Pero lo que Bono no dijo es cómo se hace eso.

En Podemos ya estamos viendo cómo los mismos problemas de los ‘viejos partidos’ se reproducen en esa organización: enfrentamientos, ‘corrientes’ y grupos tan diferenciados como ‘errejonistas’, ‘pablistas’ y ‘anticapitalistas’. Y aunque agua pasada no mueve molino, hoy podíamos tener un gobierno presidido por Pedro Sánchez y mayoría de izquierda-progresista en el Parlamento, y esa realidad sí podía cambiar las políticas reaccionarias de Mariano Rajoy y su PP.

Sin embargo, la tan cacareada oposición al gobierno del PP no está dando los frutos que estos golpistas del PSOE pretenden hacernos tragar. Estamos viendo día a día cómo Rajoy se está mofando de toda la oposición, vetando las leyes que quiere. Aunque se han aprobado en días pasados proposiciones de Ley sobre la derogación de la Ley ‘mordaza’, LOMCE, Reforma laboral… esto no conduce a nada positivo. No es lo mismo derribar una casa que volverla a construir.

En el derribo todos están de acuerdo, ¿pero en levantar el edificio también? Pues sencillamente, no. Ahora pónganse de acuerdo intereses tan dispares como Ciudadanos, Podemos, la bancada derechista del PSOE, grupos nacionalistas, etcétera. Imposible. Y mientras, Rajoy y su PP frotándose las manos, haciendo realidad ese viejo adagio árabe que dice “siéntate en la puerta de tu casa y veras el cadáver de tu enemigo pasar”. Tan sencillo como no hacer nada y gobernar a su antojo riéndose de todo el Parlamento. Sí señor, una oposición responsable.

Hace unas semanas, mi buen amigo Carlos Espinosa hacía en este mismo medio un análisis muy lúcido sobre la crisis de la socialdemocracia en Europa. Yo añadiría algo más a esta reflexión. En toda Europa hay una crisis de valores, lo que supuso al final de la Segunda Guerra Mundial un auge de gobiernos socialdemócratas instaurando políticas solidarias, universalizando la sanidad, educación, servicios sociales y una ciudadanía, compartiendo esos valores, aceptaba pagar impuestos a cambio de que se pudieran beneficiar todo clase de personas, preferentemente los más desvalidos. Esos valores, con el paso de los años, se han ido perdiendo. Nos hemos hecho más egoístas e insolidarios, dando lugar al crecimiento de gobiernos de derechas con políticas que benefician sólo a unos pocos en detrimento de la mayoría.

Los partidos socialdemócratas, aun manteniendo en su espina dorsal su esencia, se han dejado llevar por esta corriente, llegando en muchos casos a no poder diferenciar un partido de derechas de otro socialdemócrata.

El estallido de la crisis deja a millones de personas sin trabajo, sin casas, gobernando un Partido Socialista presionado por la troika y todos los poderes fácticos del todo mundo. Incluso se dijo que el mismísimo presidente Obama llamó a Zapatero para exigirle hacer recortes con los más débiles de la sociedad. Ante esta situación, la gente se pregunta qué diferencia hay entre PSOE y PP. Esto da lugar a que gane el PP con mayoría absoluta, acrecentando todos los males de la sociedad, además de reprimir y quitar derechos y libertades que había costado años conseguir.

En esta coyuntura, sale Podemos, que ‘el cielo se toma al asalto’. “El miedo va a cambiar de bando” y cosas así, con un discurso apocalíptico propio del comunismo del siglo XIX. La gente se plantea que poco o nada tiene que perder y el PSOE pierde cinco millones de votos que van a esta formación. Y esos votos, nunca volverán al PSOE.

En el PP no tienen estos problemas. Un partido caudillista, donde los sucesores son ‘dedazos’ del jefe. Sus bases, muy de derechas, aplauden políticas insolidarias y de recortes, con un sustrato muy importante de toda la extrema derecha española, con un grado de corrupción dentro de él incomparable a cualquier partido europeo. Estas bases nunca van a cuestionar ni a su líder ni sus políticas. Sólo un pequeño número de votantes que se asustan de todo ese tipo de cosas, son los que están en Ciudadanos.

Si en Podemos triunfaran las tesis de Errejón para hacer una política socialdemócrata de izquierda, en vez de hacer gestos teatreros que no conducen a nada -como el espectáculo de Bescansa con su niña en el Congreso, los morreos de Pablo Iglesias y las ruedas de prensa sentados en el suelo del Congreso como un Ayatola- y en el PSOE se impusieran también este tipo de políticas (sé que es pedir peras al olmo), los dos partidos, aun manteniendo su autonomía organizativa, sí podían hacer algún tipo de acuerdo para ser alternativa a la derecha.

Por el contrario, si son los ‘pablistas’, con su discurso y lenguajes propios del marxismo-leninismo de otro  siglo, y en el PSOE fueran Susana Díaz y sus lacayos los que se impusieran, apaga y vámonos. Tenemos al PP hasta el día del juicio final.

Yo le pido al sr. Bono y a esas mentes tan preclaras de PSOE, que nos expliquen si ellos piensan que los votos que tiene Podemos van a volver nuestro partido. Como eso no va a suceder, ¿cómo piensan recuperar cinco millones de votos para volver a ser alternativa de gobierno? Lo he dicho en varias ocasiones: mal que nos pese, Podemos ha venido a quedarse. Por tanto, ni estos ni nosotros, por separado, seremos nunca alternativa de gobierno, no señor, y no le echen la culpa a Pedro Sánchez ni a cualquier otro dirigente. Antes estábamos solos y ahora el pastel se reparte entre dos. Diez millones de votos a repartir, sí, quedan algunos votos en la abstención, pero ni con eso, tampoco da. A no ser que piensen que siempre habrá que apoyar al PP. Si es así, díganlo alto y claro.

Y esta reflexión va para Podemos y la actual cúpula dirigente del PSOE. O nos conformarnos con ser los primeros de nada, (el célebre sorpasso) o queremos ser la alternativa real a la derecha reaccionaria del PP.

¿Hay alternativa al Gobierno?