viernes. 03.05.2024

Producir vino y también consumirlo

Países tradicionalmente productores, como Francia, Italia o Portugal, consumen más vino por habitante que España, al igual que otros países como Alemania, Estados Unidos, Holanda o Gran Bretaña, destinos habituales de nuestros vinos.

España suele estar, desde hace años, a la cabeza de los productores mundiales de vino. Nunca ha sido el país que más volumen de negocio mueve, porque otros países con una menor producción obtienen un mejor rendimiento, pero lleva muchos años siendo uno de los principales productores en cuanto a cantidad, junto a Italia y Francia.

Sin embargo, a pesar de estos datos, España dista mucho de ser uno de los principales consumidores de vino en el mundo. Países tradicionalmente productores, como Francia, Italia o Portugal, consumen más vino por habitante que España, al igual que otros países como Alemania, Estados Unidos, Holanda o Gran Bretaña, destinos habituales de nuestros vinos. Incluso países considerados emergentes en cuanto a la producción y comercialización del vino, como Chile, Argentina o Australia, ya muestran tasas de consumo superiores a la española.

El consumo del vino en España es equiparable al de países con una escasa cultura vitivinícola, como Brasil, Japón o Rusia y no llega a los 20 litros por persona al año. Nuestros vecinos portugueses consumen más de 40 litros por persona al año, una tasa similar a la que había en España a mediados de los años ochenta. Sin embargo, desde entonces, el consumo no ha hecho más que descender a un ritmo de dos puntos porcentuales al año, aproximadamente. Sin embargo el consumo de cerveza en España, por poner un ejemplo, supera los 70 litros por persona al año, casi cuatro veces más.  

En nuestra región, las cosas no son muy diferentes. Castilla La Mancha es el mayor viñedo de Europa y la primera región productora de España, tanto que produce más vino que el resto de las comunidades juntas. Sin embargo nuestra región está en el furgón de cola en consumo de vino, en un ranking que encabezan Cataluña, Baleares, Comunidad Valenciana o Madrid.

Para explicar este escaso consumo hay que reflexionar sobre la percepción que socialmente tenemos del vino. Según un estudio del Observatorio Español del Mercado del Vino, su consumo en España está asociado a cierto componente ‘formal’, esto es, se trata de una bebida de cierta categoría que reservamos para momentos socialmente relevantes.

Entre los motivos que exponía la gente encuestada en el estudio para justificar su escaso consumo de vino se aludía a cuestiones como su asociación a las comidas (39%) o a las ocasiones especiales (32%), la dificultad de encontrar una buena variedad de vinos en locales como pubs o discotecas (16%)  o expresiones como “no entiendo de vinos” (22%), “no me acuerdo de pedirlo” (18%), “mi entorno no lo consume” (20%) o “no me refresca” (25%).

No hay que pasar por alto una de las razones más repetidas: “no me gusta su sabor” (54%). Sin embargo, muchas de las justificaciones anteriores vienen de un déficit en cuanto a la comercialización y difusión del producto, que debería lograr una mayor penetración social y comercial, ser despojado de sus connotaciones elitistas, así como de su asociación exclusiva a las grandes comidas del día, entre otras iniciativas. En definitiva, dar a conocer mejor el producto y quizás modernizarlo, para venderlo mejor. No es un dato menor la escasa penetración del vino entre los jóvenes, que dificultará el relevo generacional en unos años.  

Para un pueblo agrícola, como es Socuéllamos, que vive en gran medida de los viñedos y que cuenta con numerosas bodegas productoras de vino, sería una catástrofe pensar en un futuro en el que el vino desapareciera de nuestra mesa. Por eso nos parecen más acertadas que nunca las palabras del presidente de la Asociación de Empresarios de Socuéllamos, Francisco Santos, invitando a todos los socuellaminos a acompañar con vino las nueve creaciones gastronómicas que participarán en el VIII Concurso de Tapas que se celebra en nuestro municipio durante los dos próximos fines de semana, en el marco de Manchavino 2016. No hay que olvidar que consumiendo vino, siempre con moderación, contribuimos a mejorar nuestra economía y a poner en valor uno de nuestros productos más singulares y apreciados.

Producir vino y también consumirlo