La enorme riqueza natural y cultural de nuestro país siempre ha favorecido la explotación del turismo. De Norte a Sur y desde hace décadas, hay lugares en España que han sido tradicionalmente un reclamo para el turismo tanto interior como exterior. Alrededor de este sector, nuestro país ha desarrollado toda una industria que permite la generación de riqueza y la creación de empleo. De hecho, es el sector que más crece en nuestra economía y más empleo genera; en el año 2015 el turismo aportó a la economía española 124.000 M €.
En los años de bonanza económica, raro fue el pueblo o la ciudad donde no nació la idea de invertir y crear las estructuras necesarias para potenciar el sector. Hubo a quien le salió bien el planteamiento, pero la mayoría no logró las expectativas de visitantes en localidades que tradicionalmente no han suscitado el interés de los turistas.
Por supuesto, intentar sacar el máximo rendimiento turístico a las posibilidades de un pueblo con el fin de crear riqueza y empleo es una acción loable y plausible. El problema suele venir en la puesta en marcha de ese plan estratégico para atraer visitantes que, en muchos casos, no funciona.
Convertir Socuéllamos en un reclamo turístico, desde luego, no es fácil. En los últimos años se han puesto en marcha distintas iniciativas sin que el impacto haya sido notable: presencia en Fitur, Intur, edición de folletos, participación en rutas comarcales… Son acciones que, prácticamente, todos los pueblos llevan a cabo, pero con resultados diversos.
La gran apuesta turística de Socuéllamos ha sido, sin duda, el Museo Torre del Vino. Dejando al margen la idoneidad de su construcción, su elevado coste o la necesidad del mirador, es momento de analizar su repercusión. Aunque el museo ha registrado numerosas visitas desde su apertura, la mayoría de sus actividades están enfocadas al uso de otros espacios para actividades relacionadas con la cultura del vino. Este uso más técnico es conveniente y necesario, pero tiene una repercusión limitada a la hora de atraer visitantes.
Aunque desde el museo se hagan esfuerzos para darlo a conocer –vienen grupos de otras localidades, se hacen actividades con centros educativos de otros pueblos…-, la oferta turística de Socuéllamos debe ser más completa. El turismo de interior suele ser más exigente y requiere de estímulos para que el visitante pueda disfrutar, al menos, de una jornada completa que haga que su desplazamiento merezca la pena. Una buena gastronomía, entornos naturales adecuados para visitar y hacer deporte, patrimonio histórico…
Parece claro que Socuéllamos puede aspirar a cierto turismo de interior de cercanía y relacionado con la viticultura. Esto es, personas de localidades relativamente cercanas que sientan curiosidad por conocer nuestros vinos. Pero para ello hay que ofrecer visitas estables a las bodegas, una oferta gastronómica atractiva, actividades culturales con difusión comarcal… Todo ello exige iniciativa privada con la implicación de diferentes sectores que complete el apoyo de la administración local.
También funciona de manera puntual en nuestra localidad el turismo de eventos: concentraciones de vehículos, competiciones deportivas e iniciativas culturales y sociales son capaces de reunir a cientos de visitantes durante un fin de semana en la localidad. Es otra vía que debe ser suficientemente explorada.
Otro turismo que tiene grandes posibilidades en nuestro pueblo es el cinegético. Socuéllamos dispone de uno de los cotos más completos de la zona y se pueden explorar posibilidades para ofrecer a estos visitantes otras razones, además de la caza, para visitar la localidad.
A estas alturas, con camino ya recorrido, se debe intentar seguir potenciando este nicho económico. Para ello, hay que tener claro el tipo de turismo real que puede estar interesado en conocer nuestro pueblo y facilitarle la visita. Posibilidades hay muchas: desde aplicaciones para móviles que ayuden a conocer lo más interesante de la localidad hasta acuerdos reales con otros municipios para ‘compartir’ turismo. La dificultad estriba en la necesidad de trabajar con un objetivo claro y definido pero puede merecer la pena si se logra que el turismo sea un pilar importante de la economía de Socuéllamos.