jueves. 02.05.2024

Hacia un gobierno de pactos

El último Pleno de enero ha servido para que todos recordemos - aunque no había pasado tiempo suficiente para olvidarlo - que en Socuéllamos tenemos un gobierno en minoría.

El último Pleno de enero ha servido para que todos recordemos - aunque no había pasado tiempo suficiente para olvidarlo - que en Socuéllamos tenemos un gobierno en minoría. Si alguien pensó que el apoyo de Mar Delgado a la investidura de la candidata socialista era un cheque en blanco para toda la legislatura, ya puede olvidarse de ello. A partir de ahora, la política local exigirá convencer y acordar para avanzar. Así lo dejó entrever la alcaldesa, Elena García Zalve, cuando explicó que lo que ellos han confeccionado es el esqueleto de los Presupuestos Municipales y que a partir de ahora, corresponde a los tres grupos fijar las dotaciones definitivas de cada partida.

Unos presupuestos confeccionados así, al alimón, por los tres grupos municipales puede parecer una anomalía, dada nuestra cultura democrática reciente, tan proclive a las mayorías. Sin embargo, bien pensado, es una oportunidad extraordinaria para reflejar en este documento tan importante, pues marca las prioridades de la actuación política para el año en curso, todas las sensibilidades de nuestro pueblo. No hay duda de que tres cabezas piensan mejor que una y en este caso no se trata sólo de tres cabezas, sino de tres partidos, con toda su estructura y su masa de votantes, donde está representado todo el pueblo de Socuéllamos.

La experiencia no será nueva. Si en la última semana PP y PSOE se cruzaban reproches a cuento de los precios de alquiler de las instalaciones deportivas municipales que regula la ordenanza número 50, la tarde anterior a la celebración del Pleno se reunieron las tres líderes para cerrar este asunto en una reunión que ni siquiera llegó a la hora de trabajo. Con buena disposición, los acuerdos llegan y así lo han demostrado con los precios públicos, aprobados en el Pleno como moción de urgencia votada a favor por unanimidad y sin necesidad de debate. 

La nueva aritmética electoral, con la irrupción de nuevos partidos a costa del retroceso de las dos grandes fuerzas de las tres últimas décadas, PSOE y PP, está cambiando las formas políticas y redirigiéndolas hacia una realidad de pactos y negociaciones. Está ocurriendo a nivel nacional y también en multitud de comunidades - Castilla La Mancha es una de ellas -, donde las condiciones inamovibles tendrán que desaparecer para que afloren las zonas comunes y pueda surgir el entendimiento. Y si no, que se lo pregunten a Artur Mas.

Si miramos a los ayuntamientos de nuestro entorno, vemos que la realidad de Socuéllamos no es excepcional. Campo de Criptana, Tomelloso o Villarrobledo también cuentan con alcaldes sin mayoría. La excepcionalidad llegará a Socuéllamos si en vez de mayorías suficientes, lo que se busca para sacar adelante las propuestas son soluciones de consenso, con la participación de todos los grupos con representación municipal. A priori, esa parece ser la intención de UPyD, que al fin y al cabo y aunque no le guste la expresión, tiene la llave de la gobernabilidad. 

Hacia un gobierno de pactos