viernes. 03.05.2024

No disparen al pianista

El fútbol nos dio un capón. Durante todo el verano, hemos esperado con ansiedad el primer partido de liga. Y el partido llegó, pero nos pasaron por encima. Siempre tenemos la sensación de ser nosotros los mejores, pero eso es desconocimiento e ignorancia.

Nada malo y quizá equivocado, pero no estamos en función de etiquetarnos con favoritismos sin conocer al resto de rivales. Eso ya lo hará la competición en su momento. Y el tercer puesto del año pasado es un capítulo cerrado hace meses. Pertenece al siglo anterior y ese trabajo no te hará ganar lo de hoy. El fútbol está en constante evolución y vivir del pasado es un error. Los rivales observan, estudian y aprenden. Por eso, cada inicio de campeonato es igualitario. Es importante no confundir conceptos. Y yo estoy convencido de que eso lo tienen muy claro los protagonistas del juego.

Esto es un proceso y es el mismo de todos los años. Los equipos necesitan cocción a fuego lento y esperar un espectáculo pirotécnico con la obra en construcción no es muy aconsejable. Porque estamos en construcción, no lo duden. Metidos ya en agosto contábamos con 15 futbolistas para los amistosos y esta misma semana, la del inicio del campeonato, llegaron varias piezas que serán importantes en el engranaje del equipo. Y eso no es bueno, ni malo. Simplemente es así. Estos son los plazos que marca el negocio y hay que amoldarse a ellos.

Ahora, lo que no debemos hacer, es sacrificar al pianista que intenta aprenderse una partitura diferente. Vamos a dar tiempo al artista, porque eso es justo.  El fútbol se puede ver de muchas maneras, pero especialmente significativa son dos de ellas: la positiva y la negativa. Generalmente, intento quedarme con la positiva.

Claro, estamos hablando de una derrota justa y clara, pero de todos los contextos se sacan lecciones. Por ejemplo, me gustó la reacción del equipo tras el 1-0. Demostró querer levantarse tras el tropiezo y el equipo intentó mostrar un registro que no tenía en otras temporadas: la asociación. Bien es cierto que todavía se necesita pulir, porque no generamos excesivo peligro, pero el equipo circuló bien el balón. Por algún sitio hay que empezar.

La mina que supone la banda izquierda parece seguir en forma. Quizá nos apoyamos demasiado en ese recurso, que de tanto repetir el rival se acaba aprendiendo, pero es un arma que sigue lista otra campaña y eso es motivo de celebración.

Los delanteros del equipo siempre tendrán la sombra de Javi Gómez y Calle y el nivel que exigirá la afición será alto. Este es un tema polémico, ya que el aficionado esperó durante todo el verano la llegada de un delantero cuando el club ya contaba con dos. Sin embargo y a la espera de Cortell, además de no juzgar demasiado el partido de Álvaro Fernández que ya salió en un contexto muy negativo de partido y sin demasiado acompañamiento, yo diré que Dieguito me dejó buenas sensaciones. No le hemos visto lo suficiente para examinarle, pero en los amistosos de preparación me dejó la sensación de ser un jugador con calidad en los pies, pero que no utilizaba su cuerpo para ganar situaciones aéreas en ataque.

En Basauri, sin embargo, conjugó ambas situaciones. Me gustó verle ganar dos o tres balones aéreos buscando la prolongación en segunda jugada y me gustó las varias veces que descargó su posición en banda, cosa que le permite distribuir con sentido porque es bueno técnicamente. Me falta por ver como baja el balón y lo mantiene, algo clave en este equipo, ya que permite la llegada limpia de la segunda línea.

En definitiva, es demasiado pronto para valorar, ya que todavía hay piezas que encajar y engrasar la maquinaria llevará un tiempo. No disparen al pianista, porque en el lejano oeste es complicado encontrar otro.

No disparen al pianista