viernes. 03.05.2024

Ley sin juicio es un desquicio

Aprieta la clasificación. Es algo que no se puede obviar, este deporte vive de resultados y los resultados en casa no están siendo buenos. Y, al final, todo objetivo se construye en tu estadio.

Hemos perdido con un equipo superior, es bastante evidente. Como también lo es la necesidad de cambiar esa dinámica. ¿Y eso como se hace? Ganando. ¿Y cómo se gana? Sin perder la cabeza. El equipo entró y estuvo en el partido, pero los goles caían como losas y la falta de victorias delante de tu afición hace que no logres encarar con optimismo el reto que te impone el partido. El equipo cuando se ve abajo, se desmorona. El equipo da coletazos de carácter, pero acaba derrotado y aceptando que hoy es imposible.

Hay que reflexionar, el equipo tiene margen. Tiene mucho margen. Sin embargo, nos tenemos que preguntar cómo podemos mejorar. El equipo es el más tarjeteado de la categoría: tanto amarillas, como rojas. ¿Todos los árbitros son malos y nos tienen manía? Lo dudo. De nuevo, dos bajas en Gernika por ciclo de amarillas y una por expulsión, que además fue con el partido acabado. No podemos, por muy decepcionados que estemos, echar piedras a nuestro propio tejado. Reducir ese fusilamiento de amonestaciones. ¡El 50% de la defensa ya tenía amarilla antes del 10'!

Mejorar defensivamente. El equipo recibió cuatro goles en casa por tercera vez esta temporada. Hoy, dos excesivamente graves: rechaces al borde del área. El equipo no suele descolgar efectivos, por tanto, es incomprensible no ocupar bien todos los espacios e impedir segundas jugadas. Y la defensa, como el ataque, son todos los efectivos en el terreno. Esto sigue siendo un deporte de equipo.

Ritmo físico. Difícilmente vemos un partido con el equipo en óptimo rendimiento físico completo, los 90'. ¿Es el filtro del resultado? ¿Es la consecuencia de un grupo corto? Quizá, simplemente sea mental. Desde luego, el equipo está a años luz de su rendimiento físico en otras temporadas.

Estos argumentos nos llevan a mirar no solo a los jugadores o el cuerpo técnico, es preciso mirar a la gerencia. Es necesario exigir. El equipo se diseñó desde un principio con pocos efectivos, es algo que se aceptó y debería estar admitido. Pero es un argumento que el tiempo va debilitando. Hay dos bajas que se saben hace tiempo, una de ellas ya se marchó hace 15 días. ¿Cómo es posible entrar en la segunda quincena del mercado invernal sin reforzar una necesidad obvia? Es preciso ser consecuente, no somos un equipo millonario, ni mucho menos. Tampoco tenemos un jeque árabe que haga las delicias financieras que nos permitan tirar maletines en mesas de negociación, pero el equipo necesita oxígeno hace tiempo. El resto de equipos no creo que estén mejor que nosotros económicamente y la mayoría obtuvieron sus refuerzos hace días.

Repasados todos los puntos, queda algo muy importante que destacar: la afición no puede abandonar. Hoy, un directivo visitante admiró tener 1.300 socios con 13.000 habitantes. Sin embargo, la grada cada vez se ve más vacía -el frío no es argumento-, y en los dos últimos partidos en casa, parte del público abandonó con bastantes minutos de juego por delante. La afición es soberana, pero el jugador no necesita el ánimo cuando gana, sino la palmadita en la espalda cuando pierde. Seamos todos consecuentes con nuestro granito de arena que podemos aportar y, en la medida de los posible, tener la posibilidad de disfrutar a estos rivales una temporada más.

Ley sin juicio es un desquicio