viernes. 26.04.2024

Los días de gloria

Repaso estadísticas, que sin ser sorpresa porque se hicieron en estas semanas, todavía me asombran. Puede que los últimos quince partidos de la UD Socuéllamos sean el mejor tramo de su historia.

Tras acabar la jornada 21 (derrota en casa contra el Barakaldo por 2-4), teníamos 25 puntos conseguidos de 63 disputados y éramos decimoterceros en la clasificación general. No era en aquel momento el objetivo, pero estábamos a 12 puntos de la cuarta posición. Quince partidos después, somos terceros con la friolera de 61 puntos. Una auténtica barbaridad en una competición tan igualada.

¿Qué pasó en ese tramo para levantar la situación de tal manera? Eso sólo lo sabrán los integrantes del vestuario. Sinceramente, yo me conformaba con salvar la categoría en un segundo año que suele ser peor que el primero. Aunque no para la UD Socuéllamos, como está visto. Como no sabemos si hubo conjura, hechizos o cualquier reacción espiritual dentro del vestuario que cambió todo, solo nos queda abrir la boca ante unos números fuera de lo normal. Unos números que nos están llevando a la orilla de unos playoff que dan acceso a Liga Adelante.

Como decíamos, al acabar la jornada 21 teníamos en nuestro casillero 25 puntos de 63 disputados. Es decir, conseguimos el 39'6% de los puntos. En casa cada partido era un infierno y nos fue aguantando no caer en la zona roja lo que íbamos salvando fuera del Paquito. Esos 25 puntos se desglosan en 14 conseguidos fuera de casa (de 33 puntos disputados) y 11 únicamente en el Paquito (de 30 puntos disputados).

En cuanto a goles, el gran déficit fue en casa. Fuera todavía manteníamos el tipo: anotando 8 goles, pero encajando solo 8. Sin embargo, nos desangrábamos en casa: 15 goles anotados por 22 recibidos. Incluidas tres goleadas encajadas ante Gernika, Getafe B y el propio Barakaldo, cada uno castigándonos con cuatro goles. En total, en esas 21 primeras jornadas, anotamos 23 goles y encajamos 30.

Sin embargo, a raíz de ese momento, llegó la reacción. Los números que acompañan a los últimos quince partidos no los tiene nadie. Quince partidos de ensueño que guardaremos en nuestra memoria. Se han conseguido 36 puntos de 45 posibles. Es decir, el 80% de los puntos disputados. Una brutalidad.

Números que se desglosan de esta manera: fuera hemos aumentado el ritmo, consiguiendo 15 de los 21 disputados (únicamente dejándonos puntos en Leioa y Amorebieta). Anotamos 11 goles y encajando solo 7 en esos partidos fuera del Paquito Giménez.

Sin embargo, el gran cambio llegó en casa. De nuevo, nuestro estadio fue un fortín y conseguimos un total de 21 puntos de los 24 disputados. Únicamente dejamos escapar los tres puntos que nos ganó el Ebro en aquel partido 'sin delanteros', ya que no pudieron jugar ni Javi Gómez, ni Calle. Aunque lo más impresionante es el bagaje goleador: anotando 13 goles y encajando únicamente 2 tantos, precisamente los del conjunto aragonés. Pasamos de conseguir el 36'6% de los puntos en casa en los primeros 10 partidos a conseguir el 87'5% de los puntos en casa en los siguientes ocho partidos. Una diferencia abismal.

Es decir, sumando los números en casa y fuera, en estos últimos quince partidos hemos anotado 24 goles y solo hemos recibido 9 tantos. Impresiona ver que hemos dejado la puerta a cero en siete de los últimos ocho partidos en casa. Factor clave. Y hay que sumar un par de 'porterías a cero' fuera de casa. Es decir, en el tan cacareado tramo de quince partidos, hemos conseguido dejar la portería a cero en nueve ocasiones.

Los días de gloria todavía no se han terminado, aunque es necesario recordar que no hemos logrado el playoff todavía. Habrá que seguir luchando y en Getafe es el primer match-point. De conseguir ganar al equipo entrenado por Rubén de la Red, acompañado por la no victoria del Toledo en Fuenlabrada, nos clasificaría de forma matemática al playoff. El partido no será fácil y una derrota puede tirar por la ventana todo el trabajo realizado. Por tanto, Socuéllamos debe estar en Getafe. Allí fue donde escribimos la primera página de este libro y allí será donde lo continuaremos.

Los días de gloria