sábado. 04.05.2024

La caída al río

Buen equipo el CD Ebro. Pasé un tramo de mi vida (7 años) en Zaragoza y no es fácil ser el CD Ebro. De hecho, creo que no recuerdo haber oído su nombre en todo el tiempo que pasé allí. 

Buen equipo el CD Ebro. Pasé un tramo de mi vida (7 años) en Zaragoza y no es fácil ser el CD Ebro. De hecho, creo que no recuerdo haber oído su nombre en todo el tiempo que pasé allí. Recuerdo al Stadium, el Balsas, el Montercarlo o el San Gregorio, pero no el CD Ebro. La Almozara es un barrio magnífico del corazón de Zaragoza, muy cerca del barrio de Las Delicias, que es donde yo vivía. En ese encuadre de La Almozara y cruzando el rio Ebro se observa, viva y fuerte, una panorámica imponente de Zaragoza. No debe ser fácil ser de otro equipo en Zaragoza que no sea el Real Zaragoza. Allí, toda información deportiva gira en torno al club de La Romareda. Por eso, me impresionó mucho el CD Ebro.

Es cierto que el Socuéllamos no tenía a sus dos tanques en ataque y eso rebaja la peligrosidad rival. Uno más que otro, pero entre Javi Gómez y Calle han anotado el 43'75% de los goles del equipo este año. Casi la mitad, ¿quién debe anotar cuando ellos no están? Es complicado. Pueden coger cualquier equipo de fútbol profesional y cortarle de raíz sus dos bazas más ofensivas. Ningún equipo está preparado para ello. Pese a todo, es cierto que se debe exigir. No sé si hubiésemos sacado otro resultado, pero no llevamos el balón en buenas condiciones para que arriban lo pudiesen jugar. Por tanto, el problema ya venía de atrás, no de los que se fajaban delante.

Larraz es un técnico forjado en el fútbol aragonés, pero sabía lo que hacía. Su 4-1-4-1 pocas veces planteado por un entrenador rival aquí nos creó muchos problemas. Especialmente su centro del campo, que se impuso sobradamente al nuestro. Al fin y al cabo, este juego se sigue ganando en las áreas, pero se sigue dominando en el medio.

En las derrotas, es fácil recordar al que no está. Lo hemos notado arriba, pero también en el medio. Salva equilibró mucho al equipo desde su llegada y su ausencia vuelve a reflotar viejos vicios del equipo que no funcionaron en la primera vuelta. En esta categoría es complicado jugar bonito al fútbol, pero se puede jugar bien. La Segunda B es una categoría trampa; muchas veces necesitas más pierna, colocación y kilómetros que fútbol. Y, hoy, nos superaron en eso. La superioridad rival queda reflejada en el desarrollo de Moustapha, todo un titán en el medio. Particularmente, también me gustó Reche, que era el pivote defensivo que se incrustaba como quinto defensa, especialmente en el balón aéreo frontal. Tácticamente perfecto.

Hoy no se pudo y no hay una gran explicación para rebatir. Eché de menos más disparo a puerta de los jugadores a pierna cambiada. Ocaña tenía una tarea difícil luchando contra unas torres aragonesas muy imponentes, pero cuando ganaba ese balón, no tenía la opción de Kike y Garrido para buscar el disparo a pie cambiado. Esa opción, además, abre el carril para los laterales. Quizá esa era una opción hasta la lesión de Carlos y un argumento que pronto se nos cayó.

Hacía ilusión sacar la cabeza en la parte media-alta de la tabla, pero este equipo siempre recibe una colleja cuando mínimamente lo piensa. La situación, por supuesto, no es mala. No nos olvidemos de ello.

La semana que viene toca un partido crucial contra el Rayo Majadahonda, partido que nos mete de lleno en las diez últimas jornadas del campeonato. Por tanto, puntuar para aguantar en la distancia a un club rival como el Rayo es clave. Esperemos que para esa cita crucial estén recuperados los dos goleadores del equipo. Partido muy peligroso y ya sabemos que Iriondo es un viejo zorro de esto. La caída al río fue llamativa, pero hay que evitar que la corriente nos lleve y Majadahonda es una buena piedra a la que agarrarse.

No me resisto a decir que perder duele, y que no te salgan las cosas durante todo el año mucho más. Pero, entendiendo el calor de la batalla recientemente terminada, la mente fría y la actitud es un don que el individuo no puede perder. Al final, lo contrario es tirar piedras contra tu propio tejado. Por eso, no es muy positivo y, ni mucho menos inteligente, encararte desafiante contra el delegado de tu propio club. Porque tiene muchos detractores - prueben a encontrar gente en el pueblo que todavía crea en él - pero alguien en Socuéllamos sigue confiando en Pituli.

La caída al río