El Parque Infantil de Tráfico de Socuéllamos ha acogido este jueves una charla impartida por la Plataforma Contra la Privatización del Agua de Alcázar de San Juan, sobre las consecuencias de la privatización del agua. Esta charla ha surgido tras las quejas expresadas por vecinos en redes sociales en relación a la disminución de la presión del agua en Socuéllamos por la noche.
Manuel Alba, uno de los impulsores, ha explicado que se ha considerado interesante la visión de esta plataforma por “el importante el trabajo que han hecho en Alcázar contra la privatización del agua”. “Nos pueden dar muchos consejos sobre cómo tratar con los ayuntamientos y las empresas adjudicatarias del servicio de agua y hablarnos de los caminos hacia la remunicipalización”, señaló.
Por su parte, el portavoz de la Plataforma contra la Privatización, Fernando Ruiz de Osma, adelantó algunas líneas de la charla, enfocada a esclarecer la diferencia entre el modelo de gestión pública o privada del servicio de suministro de agua. “El acceso al agua y el beneficio de la gestión del agua es un derecho humano y no se puede comerciar con ello. Con los derechos humanos no se hace negocio y nos parece inmoral”, dijo en primer lugar.
En cuanto al modelo de privatización, Ruiz de Osma señaló que, en este caso, la empresa privada “sabe hacer todo para exclusivamente ganar dinero, mientras que el socio público paga constantemente”. Además, ha asegurado que los perjuicios para los consumidores son “de índole económica y de la calidad del propio servicio”.
“Cuando una empresa privada se hace cargo de una gestión así, lo hace para muchos años y se firman contratos de 25, 30 o 50 años. Y en ese tiempo, la inversión que se hace es nula. Es el caso de Socuéllamos: si pasan los años y no se invierte en renovar la red, se queda vieja y empieza a fallar. Pero el socio privado nunca va a invertir dinero en renovación de redes ni nada de eso”, manifestó.
Además, añadió que otro perjuicio, en su opinión, es que “el socio privado en el contrato tiene una cláusula de ganancia mínima y si no se llega a ese beneficio, es el ayuntamiento el que debe poner la diferencia o subir las tarifas”.
Sobre la posibilidad de municipalizar el servicio, explicó las dos principales opciones: la gestión directa como un servicio municipal con funcionarios del ayuntamiento o la creación de una empresa municipal exclusiva para gestionar el servicio de aguas. “Cualquiera de los dos sistemas es público y puede funcionar perfectamente”, señaló.
“Para pasar de un sistema privado a uno público, hay que decidir el modelo y luego gestionarlo bien, con honestidad, con mucha transparencia y con participación ciudadana”, dijo el portavoz, que puso algunos ejemplos de municipios en los que han pasado de una gestión privada a una pública de forma satisfactoria: “Los vecinos están enormemente contentos y también los responsables municipales porque ven que tienen beneficio económico que se puede reinvertir en la propia empresa, se pueden bajar tarifas de consumo de agua… La gestión pública siempre es mejor”.
