sábado. 18.05.2024

La Asociación de Familias y Amigos de Personas con alguna Discapacidad, Afymos, lleva años trabajando Socuéllamos para mejorar la calidad de vida de estas personas y sensibilizar a la sociedad para su integración. El 8 de enero del año pasado abrió sus puertas el Centro de Atención a la Diversidad Funcional, pionero en España, dando paso a una nueva etapa en la localidad en la lucha por los derechos de las personas con discapacidad. En estos momentos, Afymos atiende a través del Centro Ocupacional a 18 personas y a seis en el Centro Día. También ha puesto en marcha una vivienda tutelada con seis plazas para personas con discapacidad intelectual que no tienen recursos o tienen problemas familiares. Al frente de esta asociación está Pilar Alarcón, que relata el trabajo que se está llevando a cabo y lo que aún queda por hacer.

PREGUNTA. Un año más llega el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y se hace más visible la necesidad de trabajar por los derechos de estas personas en nuestra sociedad. ¿Sigue habiendo esa necesidad de concienciación?

RESPUESTA. Desgraciadamente necesitamos días como estos para recordar que hay sectores que siguen desfavorecidos. No podemos olvidar que estas personas siguen ahí, tienen sus derechos y la sociedad tiene que concienciarse para empezar a generar cambios. Poco a poco se están consiguiendo cosas, pero muy despacio. En Socuéllamos, al ser una población pequeña, hay pocas personas con discapacidad, es un ámbito muy familiar y sabemos cómo podemos ayudar. En este sentido, las necesidades pueden ser cubiertas por la asociación.

P. Desde hace años, uno de los principales objetivos es conseguir que las personas con discapacidad puedan integrarse de una forma real en la sociedad, pero ¿en qué momento del camino estamos?

R. La concienciación es dificultosa y aún queda mucho por andar. Afymos trabaja mucho en la integración laboral y en Socuéllamos está empezando a funcionar. Son muchas las empresas que colaboran con nosotros y cuatro personas ya están realizando prácticas, lo cual es muy positivo. Pero aún pasará mucho tiempo hasta que sea algo que no tenga que promover una asociación y esté totalmente normalizado.

P. ¿Y en el plano personal, sigue existiendo un trato diferenciado?

R. Sigue existiendo el sentimiento de lástima que no ayuda en absoluto, y por ello seguimos haciendo campañas de sensibilización en colegios e institutos. Es cierto que los niños, cuando les planteas el tema, sienten esa empatía hacia el otro. Pero luego, como pasa tantas veces, lo olvidan a la hora de ponerlo en práctica. También pasa a los mayores y si una empresa tiene que contratar a alguien, pese a que sabe que el Gobierno le va a ofrecer unas condiciones ventajosas, prefiere contratar a otra persona que no tenga ninguna discapacidad.

P. En enero hace un año de la apertura del Centro de Atención a la Diversidad Funcional. ¿Qué ha supuesto para la asociación y para la sociedad socuellamina?

R. En el nuevo centro todo es más normalizado. El anterior tenía como un estigma, y parecía que era muy difícil entrar. Ahora estamos en un lugar con mucho más tránsito de personas que van al centro social, a la biblioteca… y ven a nuestra gente con absoluta normalidad. La visibilidad se ha hecho muy patente. Además, el objetivo de Afymos era ofrecer el centro a la localidad entera. Los servicios de los que disponemos (hidroterapia, logopedia, fisioterapia, terapia ocupacional…) son abiertos a todo el pueblo, independientemente de que tenga discapacidad o no. Para esas personas, que ya no se tienen que desplazar a otras localidades, también es más sencillo venir aquí. Ahora en el centro circula gente con discapacidad y sin ella, por lo que, a pesar de la dificultad de la integración, aquí sí se produce.

P. ¿Cómo es el trabajo que Afymos está realizando en estos momentos?

R. No ha sido sólo un cambio de centro, sino también un cambio en la forma de trabajo. Tenemos un programa de actividades individualizado para descubrir en cada persona sus capacidades y potenciarlas. Hacemos que encuentren lo que les gusta y saben hacer, ya sea en ocio o en prácticas laborales. En el centro pasan poco tiempo, ya que la mayoría de actividades se desarrollan fuera. También tenemos un pequeño taller de artesanía que sirve para remunerarles económicamente. En el Centro Día, por otra parte, reciben estimulación cognitiva, logopedia, relaciones personales, higiene, fisioterapia… Pero todo ello muy individualizado, según las necesidades de cada persona.

P. ¿Se siente la asociación arropada por el pueblo?

R. Muchísimo, la verdad. Es muy sencillo y gratificante pedir ayuda en Socuéllamos. Es un pueblo muy solidario y las puertas a las que llamamos están siempre abiertas. Además, el voluntariado es fundamental y sin ellos esto no funcionaría. Para algunas personas puede resultar curioso, pero la mayoría son jóvenes de entre 12 y 17 años y muy comprometidos. Han llegado a través de la familia, y actividades que hacemos. La alegría de los voluntarios se contagia y eso atrae a otras personas.

P. ¿Están las instituciones implicadas en apoyar a las personas con discapacidad?

R. Sí, aunque deben involucrarse más, porque de forma unilateral por parte de una asociación es imposible. En el caso de Socuéllamos, cuando se renovó el equipo de Gobierno, desde el minuto cero estaban hablando con nosotros para saber nuestras demandas y cómo podían ayudarnos. Pero creo que siempre se puede incrementar el compromiso.

P. ¿Cuál es la principal demanda de las personas discapacitadas de Afymos en estos momentos?

R. Los más jóvenes reciben muy bien las muestras de cariño y apoyo. Cada uno de ellos tiene un facilitador escogido por él mismo, que le presta su apoyo para lo que sea y cuando sea, de lunes a domingo. Es algo muy grande. Sin embargo, la mayor demanda que tienen es la de empleo, porque conlleva una independencia. Antes tenían asumido que era algo imposible, pero ahora los más jóvenes saben que pueden y lo demandan. Ha sido un cambio de perspectiva completo.

P. ¿Cuáles son los siguientes retos?

R. La parte laboral es la que más tenemos que trabajar. En el momento que haya algunas integraciones laborales plenas en empresas ordinarias, eso va a llamar al resto de empresas a colaborar. Soy bastante optimista en que pueda conseguirse a corto plazo. También hay que seguir trabajando la sensibilización, no sólo en colegios e institutos, sino entre nosotros mismos. Ahí queda mucho por hacer, aunque esto es a largo plazo. 

"Nuestro mayor reto es la integración laboral de las personas con discapacidad"