María del Rosario Nieto, más conocida como Maruja, saltó la semana pasada a la primera plana de los periódicos y los programas de televisión a causa de una desproporcionada deuda con Hacienda. Maestra durante toda su vida, a Maruja, ya jubilada, le propusieron dar unas clases de manualidades en la Universidad Popular de Ossa de Montiel, su pueblo natal. Por querer hacerlo todo legal, el director de la Universidad le dio de alta en la Seguridad Social y durante dos años, Maruja cobró un par de horas semanales de clases además de su pensión, un pequeño sobresueldo de 1070 euros, algo más de 500 euros al año. Años después de aquello, a Maruja le llegó una carta de Hacienda en la que la sancionaban con casi 24.000 euros de multa. Lleva un año pagando 636 euros al mes y aún le quedan otros dos de sanción.
Su caso, difundido por televisión, ha sido muy comentado en Socuéllamos porque Maruja fue profesora en el CEIP El Coso durante buena parte de su carrera profesional. Sus hijos nacieron en nuestro pueblo y uno de ellos todavía vive aquí, de ahí que Maruja afirme que Socuéllamos es "su segundo pueblo". Quiere que su caso sirva para que la gente esté más prevenida y si es posible, que cambie una legislación que considera injusta y desproporcionada.
Muchos de sus alumnos de Socuéllamos aún la recuerdan con cariño, ¿qué recuerdos tiene usted de su etapa en nuestro pueblo?
Muy buenos recuerdos. Mis dos hijos nacieron allí. Yo empecé dando clases de Educación Especial durante nueve años y después pasé al régimen normal, donde estuve hasta que me jubilé. Siempre he estado muy a gusto en Socuéllamos y me he llevado muy bien con mis compañeros, con los alumnos y con las madres de mis alumnos. Me quieren mucho y lo digo porque cuando voy a Socuéllamos y veo a alguien, lo noto. A uno de los cursos lo tuve durante ocho años. A todos los he querido mucho pero es que ellos eran como mis niños.
¿Viene todavía mucho por Socuéllamos?
Mi hijo vive allí y no voy mucho, pero sí de vez en cuando. Ahora tengo dos pueblos, el mío y Socuéllamos, porque he vivido más tiempo en Socuéllamos que en mi propio pueblo.
Hace trece años que se jubiló, supongo que llevaba una vida tranquila hasta ahora...
La verdad es que yo quería seguir llevando una vida tranquila pero el director de la Universidad Popular llamó a la televisión de Castilla La Mancha para que conocieran el caso. Y la que se ha armado... Madre mía, en todos los sitios estoy. Hoy mismo (por ayer) he estado en el programa de Ana Rosa.
Es que la multa es tan desproporcionada que llama mucho la atención. Multiplica por 24 el dinero que usted ha ganado.
Si he hecho algo mal, aunque haya sido sin mala intención, pues me parece bien que tenga que devolver el dinero o incluso pagar algo más. Pero es que esa cantidad... Son cuatro millones de pesetas.
Y todo ha sido por su vocación de maestra y sus ganas de seguir en activo.
Durante los dos años que di las clases estuve muy ilusionada porque me sentía útil. Parece que cuando uno se jubila se tiene que apartar de la vida. No es justo que una persona que tiene alguna afición o alguna vocación, como yo la enseñanza, no pueda seguir ejerciéndola, si tiene ocasión, después de jubilarse. Eso lo tendrían que regular para que pudiéramos seguir haciendo cosas, aunque fueran puntuales.
El caso lo tiene en manos de un abogado, ¿cree que tiene posibilidades de ganarlo?
No lo sé. Yo le he preguntado a mi abogado si conoce algún caso similar y me ha dicho que no, que nunca le había pasado. En principio lo que parece es que irá lento.
¿Está pasando dificultades por culpa de esta multa?
En ese aspecto no me puedo quejar porque estoy sola y para vivir, tengo. Pero aún así me parece injusto que yo tenga que pagar esa cantidad tan grande.
¿Cree que esta notoriedad que está teniendo el caso puede ayudarle de alguna forma, si no es para ganar su caso, al menos para que no se repita?
No sé lo que puede pasar. Desde luego, sí espero que sirva de ejemplo y si alguien quiere hacer un curso o se encuentra en una situación similar, que se informe bien.
