viernes. 17.05.2024

El portero de la UD Socuéllamos, Facundo Lupardo, nació en 1989 en Salto, provincia de Buenos Aires (Argentina). El futbolista llega a la cita con su mujer Josefina, la persona que le inyecta el virus 'canalla'. El mediodía de Socuéllamos nos refleja un sol muy vivo que Lupardo espera eternizar durante las próximas semanas. En la charla, Facundo nos habla de su experiencia en Argentina y de la temporada en la UD Socuéllamos. Destila optimismo y quizá algo tenga que ver la victoria reciente, que dibujó una sonrisa en todo el pueblo de Socuéllamos.

¿Cómo llega un futbolista de Salto a las categorías inferiores de Rosario Central?

- Ellos tenían un hombre que venía a ver jugadores y me dio la opción de ir a probar a Rosario Central. Yo tenía 14 años y empecé a entrenar una vez por semana. Por suerte, quedé ahí y me tuve que trasladar definitivamente a Rosario.

Tras estar en las categorías inferiores llegas al primer equipo y logras el ascenso de la B Nacional en 2013. ¿Qué recuerdas de aquel año?

- Fue un lindo recuerdo, después del ascenso salí del club, pero son logros que uno guarda. Rosario Central es un equipo de primera que por circunstancias no estaba en primera. Fue una alegría. Son victorias y es algo bonito de recordar.

Rosario Central, además, llevaba tres años en segunda y empezó fatal la temporada. La gente seguramente temía otro año más en segunda, por lo que la Barra Brava (aficionados ultras) os hizo una visita. ¿Es cierto?

- Bueno, es algo que siempre ha pasado en muchos clubes. En River incluso rompieron los coches de los futbolistas. Son cosas que pasan, aunque no deberían.

Aquel año, el portero de Rosario Central era Mauricio Caranta. Hablamos de un portero muy reconocido en aquel tiempo en Argentina. Incluso jugó en Boca, ¿qué recuerdas de él?

- Uno de los mejores porteros que he visto, muy buena persona. Ganó la Libertadores (la Champions League de Sudamérica) con Boca Juniors. Me ayudó y me enseñó muchísimo. Estuvo hasta este año en Rosario.

El equipo era entrenado por Miguel Ángel Russo, una figura muy reconocida del fútbol argentino. ¿Qué aprendiste de él?

- Yo aprendo más de los entrenadores de porteros, pero era una persona muy seria. Nos enseñó mucho tácticamente, aunque cada uno tiene sus ideas. Pero te inculca mucho el trabajo duro de todos los días. Es de los entrenadores con los que más duro trabajé.

Mirando el plantel de aquel año, estaba: Jesús Méndez, Paulo Ferrari o un mito como Bracamonte. Mucha figura. No me extraña el ascenso.

- También estaba Toledo, que hizo goles importantes. Bracamonte no jugó mucho ese año. Además, aparte de grandes nombres, ése era un buen grupo. Siempre quedábamos a comer entre semana, por ejemplo. Un muy buen ambiente de grupo. Y eso es importante para sacar los objetivos adelante.

¿Sigues hoy en día y en la distancia a Rosario Central?

- Sí, tengo a mi mujer Josefina conmigo y si no lo sigo me mata (risas).

Para mí, es el equipo que mejor juega hoy en día, no solo de Argentina, también en Sudamérica. El Chacho Coudet está haciendo un trabajo enorme. Y Marco Rubén es un futbolista diferencial.

- En Argentina ha sorprendido Coudet con su idea de juego y con la forma de entrenar. El trato a los jugadores. También añadió una forma de motivar muy peculiar y muy parecida a la de Diego Pablo Simeone. Realmente, es un cambio para bien que el fútbol argentino necesita porque el nivel era muy bajo.

Aunque la figura que está llamando la atención es Lo Celso, incluso se habla del Atlético de Madrid con un supuesto interés.

- Yo entrené con él cuando era todavía más joven y es un jugador con mucha calidad. Tiene mucho por aprender y es algo que hoy día está matando el fútbol argentino. Un jugador todavía no llegó a explotar, destaca en un momento y ya se lo llevan para fuera. Y se llevan tantos, desde tan jóvenes, que ya no quedan jugadores talentosos. Cortan una etapa y eso es negativo.

¿Dónde ves llegando a Rosario Central en la Copa Libertadores? Le vi el otro día contra Palmeiras e hizo un partidazo, aunque no pudo ganar en Brasil.

- Yo quiero que llegue a la final y la gane (risas).

Hablando de la liga argentina en particular, es horrible el formato actual de dos zonas. Ya era malo incluso el formato de liga larga de 30 equipos. Para los que seguimos el fútbol en Sudamérica desde hace años, es mucho más romántico el formato apertura-clausura. ¿No crees?

- El torneo bajó mucho de nivel. Si ya quitas talento con la marcha de jugadores y le incrementas equipos bajas el nivel. Boca y River no pelean el campeonato porque están en distinta zona, solo se juntan para los clásicos. La verdad que no lo entiendo muy bien. No entiendo el sentido de un formato así. Estoy convencido de que tarde o temprano volverá a como se jugaba anteriormente.

Hablando ya de la UD Socuéllamos; vaya pasada el otro día la victoria contra el Real Madrid Castilla, ¿cómo está viviendo esto el equipo?

- Muy bien. Se reflejó lo que no nos venía saliendo en casa y se reflejó lo que es el vestuario. Los que están sin jugar salen un rato y lo dan todo. Sale Ocaña y hace una jugada espectacular, es mérito de los que jugaron y de los que estamos fuera. Estamos todos metidos en la misma bolsa y eso entrenando se ve. Hay muy buen ambiente, hay una competencia entre nosotros terrible cada semana. Sana, por supuesto, pero terrible en cuanto a nivel competitivo. Y, bueno, uno observa a Javi (Gómez) o a Calle reventándose la cabeza y es un placer ver ese nivel de compromiso. Luego, después, todo son abrazos y risas. Es un grupo muy sano y todo eso nos ayuda a estar como estamos. 

¿Te sorprendió la imagen del Castilla?

- Sí, mucho. Careció de mucho amor propio y de algo más de sacrificio.

Y ahora, ¿qué se puede esperar del equipo en la recta final de la temporada?

- Yo soy muy optimista. Creo que el primer objetivo, que es salvar la categoría, está prácticamente sellado. Aunque nunca sabes hasta que no sea matemáticamente oficial, pero el equipo aspira a más. Nos dimos cuenta de que se puede. Por mi parte, yo quiero ir a por todo.

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Volviendo a principio de temporada, jugaste la Copa del Rey, ¿cómo fue jugar aquella competición?

- Muy lindo, nunca la había jugado y más contra un equipo que nunca había visto (Portugalete). Fue muy bonito. Espero que podamos repetir el año próximo.

Es el gran sueño de la afición, repetir experiencia en Copa del Rey. ¿Es posible?

- Falta mucho, pero no hay que tener miedo en mirar lo más alto posible. El primer objetivo está casi cumplido, hay que mirar el próximo. El 4-0 contra el Castilla debe ser un revulsivo para saber que podemos y que vamos a por todas.

Empiezas la temporada como suplente en liga, pero en las primeras jornadas, Javi López encadena unos partidos con mala suerte en algunas acciones determinantes. ¿Qué siente el portero suplente cuando observa cómo el titular es discutido? Al fin y al cabo, es un compañero, pero es competencia directa. Uno, imagino, debe percibir que le puede llegar la oportunidad en cualquier momento.

- Es una sensación rara porque con Javi López tengo una muy buena relación. Los porteros somos especiales, entrenamos aparte del grupo y el contacto es directo. No quieres que falle; lo primero: porque es un equipo y si a él le va mal, al grupo que yo pertenezco también le va mal. Yo entreno para jugar y no quiero jugar porque al compañero le vaya mal, yo trato de ganarme el puesto haciendo las cosas bien. No me gusta que a él le vaya mal y creo que él no quiere que a mí me vaya mal.

Debutas en Irún y unas semanas más tarde llega el partido de Toledo. Hasta la reciente victoria contra el Castilla, yo creo que el de Toledo fue el mejor partido del equipo. Remontar en el Salto del Caballo y en inferioridad no es fácil. Además, recuerdo unas paradas clave que hiciste con 1-0 y que mantuvieron al equipo en el partido. ¿Cómo recuerdas el encuentro?

- Esa fue otra demostración de carácter del grupo. El equipo ese día tuvo muchas adversidades y, sin embargo, lo sacamos adelante.

El equipo tiene un pequeño bache y el cuerpo técnico decide volver a cambiar de opción en la portería. ¿Cómo te tomaste volver de nuevo a la suplencia?

- Uno se molesta como todos y como es normal. Uno viene para jugar y entrena para jugar. No me conformo con estar en 2ªB y en un sitio cómodo. Yo quiero jugar y si me toca volver a jugar en algún partido hay que estar bien y, además, es un buen momento, ya que las cosas están saliendo.

Una curiosidad para finalizar, ¿cómo se lleva el estar únicamente dos en la portería? Lo normal es estar tres. Vosotros estáis dos y encima el equipo no tiene un filial consolidado. Es decir, una expulsión o una lesión por muy mínima que sea, compromete mucho al equipo porque solo habría una opción. Os está prohibido hasta estornudar.

- Con nosotros viene a entrenar otro portero del Cristo y, aunque el salto de una categoría a otra es alto, yo creo que es buen portero y daría lo que necesitamos. Además, lo entreno yo, por tanto, es buen portero (risas). Pero el chaval está bien, si se le necesita, está para ir al banquillo y coger experiencia en caso de necesidad. 

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