domingo. 19.05.2024

Con el inicio de este nuevo año, GastroQuixotes se expande e inaugura nueva sección internacional para contarles, queridos gastrófagos, otras experiencias culinarias mas allá de nuestras fronteras.

En esta ocasión, nuestro primer destino ha sido Bangkok, capital Tailandesa que este pasado 2016 encabezó el ranking como ciudad más visitada del planeta con más de 21 millones de turistas, por delante de Londres, París o Nueva York, entre otras.

Quizás se trate de la ciudad más occidentalizada del sudeste asiático junto con Kuala Lumpur (Malasia) y Singapur, segundo país éste con más densidad de población del mundo, después de Mónaco.

Bangkok es también una ciudad de contrastes. Sus atractivos turísticos son innumerables. Considerada la ‘Venecia del Este’, cuenta con kilómetros de canales fluviales denominados ‘Klongs’ por los lugareños. En cuanto a población, son más de 8 millones de habitantes. Evidentemente su motor económico es el turismo y se pueden imaginar la oferta gastronómica que posee. Sólo en el buscador Tripadvisor cuenta con 9.405 referencias para comer.

La gastronomía del país es muy extensa, tendríamos para escribir un post sólo con nombrar las especias que condimentan sus platos. Nos apetecía comida japonesa y pronto nos recomendaron uno de los mejores -si no el mejor- restaurante nipón de la ciudad: KISSO.

No fue fácil llegar a nuestro destino. El tráfico de Bangkok es un mar de cláxones y vehículos a dos ruedas pasando por espacios diminutos. Cuesta bastante no estresarte y realizas un ejercicio de liberación mental para no malhumorarte. Por fin, destino alcanzado.

Gastroquixotes

El restaurante ofrece varias opciones para comer. Nada más bajar la escalera de entrada y pasar la recepción se encuentra el Sushi Bar, o lo que es lo mismo, la barra de Sushi. Se trata de una barra con taburetes como las que conocemos de toda la vida en la que un ‘sushiman’ (o cocinero especialista en este arte) te deleita ofreciéndote como espectáculo su destreza y conocimientos en la cátedra del sushi. Cuenta con carta propia.

Enfrente, un comedor (dining area) para alrededor de 45-50 comensales. También dispone de comedores de ámbito privado para reuniones y hasta dos salas con tatami para los más puristas. Grandes espacios, luz tenue, ambiente agradable, sobrio. Decorado con gusto, muy ‘japo’.

Una vez aposentados en la zona de comedor normal (dining area), nos disponemos a pedir, en primer lugar, la bebida. La carta de líquidos es bastante contundente en cuanto a tipos de bebida, pero muy diferente a lo que conocemos en Europa. Una escueta carta de vinos con tan solo tres referencias de blancos, tres de tintos representados por Australia, Sudáfrica y Francia y una sola de espumosos, italiano claro.

Escasa pero buena oferta de cerveza, tanto locales como foráneas, destacando la presencia alemana y belga. Pero a un restaurante de tal calado y tan temático como es Kisso se viene a beber Japón, se viene a beber Sake. En un próximo post intentaremos describirles todo lo que rodea a este milenario licor fermentado de arroz, todo un universo.

Gastroquixotes

Acto inmediato con el Sake, comienzan a traer los primeros platos. No los relatamos, se los mostramos.

edamame

Gastroquixotes

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En definitiva y como resumen, realizan un trato exquisito al producto, bien preparado, arroz compacto sin empalagar. Pescado fresco, frío en boca, untuoso, se deshace literal. Un auténtico festín. Un bombardeo de todos los tipos de piezas de sushi habidas y por haber. Tanto se goza, que no sabes con cuál quedarte y eso casi produce disputa entre las conversaciones de los comensales.

No sabemos si fue el país nipón por donde primero salió el sol, pero sí podemos afirmar con contundencia que su milenaria gastronomía está iluminada por una luz especial, de leyenda, de estrella.

APURARI.

KISSO, Sol Naciente en Bangkok