El archivero e investigador socuellamino Francisco Javier Escudero ha vuelto a agitar el panorama de la investigación cervantina con un nuevo y sorprendente hallazgo. En esta ocasión, Escudero ha localizado en el Archivo Diocesano de Cuenta una historia real que podría haber inspirado a Cervantes para el episodio de los molinos.
En 1594, un hidalgo caballero venido a menos, Agustín Ortiz, atacó un molino de viento en El Toboso. Por ello fue juzgado y la Inquisición le condenó a pagar una multa de 3.000 maravedíes por atacar una cruz de madera con su espada.
Escudero atiende a Socuéllamos Digital desde Toledo, su lugar de trabajo en la actualidad. El socuellamino explica que en esta nueva investigación ha examinado más de cuarenta expedientes. En uno de ellos, encontró la historia real de Agustín Ortiz, hijo de un caballero de la Orden de San Juan y sobrino de Antonio de Villaseñor.
Sin embargo, a Agustín le llamaban ‘el barbero’ despectivamente con el propósito de restarle linaje. Según relata Escudero, una mañana Agustín fue a moler grano al molino y se encontró con Pablo López y Pedro de Morales, con los que acabó discutiendo. Airado, Ortiz tomó su espada y la emprendió contra una cruz de madera que había junto al molino. La cortó por la base, la apoyó en la pared del molino y allí la destrozó a espadazos.
Años más tarde, los hechos fueron denunciados por López y Morales al Tribunal de la Inquisición de Cuenca, que encarceló a Agustín Ortiz. Finalmente, el hidalgo fue reprendido y condenado a pagar 3.000 maravedíes de costas.
Para Javier Escudero este tipo de hallazgos prueban que Cervantes se empapó de la realidad manchega para crear el Quijote. “Han pasado cuatrocientos años y no podemos saber lo que tenía Cervantes en la cabeza, pero hidalgos que tienen una biblioteca, que leen libros de caballería, este ataque a un molino… todas estas escenas las encontramos en la misma década y en el mismo entorno geográfico. Yo no tengo duda de que Cervantes se documentó y se basó en historias, cuentos tradicionales y hechos reales de La Mancha”, asegura.
En este sentido, el investigador considera que lo difícil es saber a ciencia cierta en qué personajes e historias concretas pudo inspirarse Cervantes. “Se basó en la realidad de la época y luego hizo una parodia. Sabemos que se inspiró en pueblos manchegos, aunque no sabemos si son estas historias o no. Es muy complicado de demostrar”.
Una treintena de personajes
Hasta el momento, Francisco Javier Escudero ha hallado alrededor de 35 personajes reales que pudieron ser plasmados por Cervantes en el Quijote. Como ejemplo, destaca el descubrimiento de los Villaseñor, una familia que bien pudo inspirar el personaje de Alonso Quijano. Los Villaseñor, en tiempos de Cervantes, peleaban por los caminos con sus grandes rivales, los señores de Acuña, vestidos de caballeros, con lanzas y armaduras. Da la casualidad, además, de que Cervantes conoció a los Villaseñor porque aparecen en el ‘Los trabajos de Persiles y Segismunda’, la última obra de Cervantes, cuyas aventuras discurren en La Mancha.
Como ya explicó en este periódico, la lista de personajes que el investigador y archivero pudo localizar es extensa: Alonso Martínez Quijano, Dulcinea (que se llamaba María Lorenzo), el cura Pedro Pérez (que sería Esteban Pérez), Juan Haldudo, el sabio Frestón (que era un recaudador de El Quintanar llamado Francisco de Muñatones), Grisóstomo (también vecino de El Toboso), el clérigo Alonso López, Cide Hamete Benengeli... Más de una treintena de personajes, localizados en los archivos de unos pocos pueblos en torno a El Toboso, cuyo número no deja de crecer.
Repercusión mediática
Este nuevo hallazgo ha tenido una gran repercusión en medios de comunicación de toda España. Desde este lunes, Javier no deja de atender llamadas, conceder entrevistas e intervenir en programas radiofónicos. Además, en los últimos meses ha participado en diferentes congresos internacionales en lugares como Alemania, Corea o Shangai, donde ha expuestos sus teorías.
Javier Escudero sigue con la energía y la ilusión de siempre. Próximamente publicará diversos artículos sobre estos asuntos en revistas especializadas de prestigio y continuará con su tarea más grata: bucear en los archivos en busca de nuevos y sorprendentes hallazgos que nos permitan dudar entre ficción y realidad.
