viernes. 19.04.2024

Sólo por aclarar

Las nuevas tecnologías dan oportunidades buenísimas a las personas para poder expresar sus opiniones y comunicarse entre sí. Algunas lo hacen hasta con identidades ocultas -lo que llamamos perfiles falsos-, bien porque no quieren tener problemas, o simplemente no tienen la suficiente valentía de dar la cara y decir lo que sienten y piensan con total libertad.

Dos personas, o quizás la misma con identidades distintas, se han dirigido a mí a través de estas redes para decirme que no es normal ser de izquierdas y cristiano. Bueno, en concreto dicen que no se puede ser ‘rojo’ y católico.

Ya decía yo en uno de mis artículos de opinión en este medio, que palabras de ese calibre comenzaban a escucharse después de muchos años ya en desuso. Respondo sin ánimo de polemizar y sólo por aclarar: una de las Obras de Misericordia es enseñar al que no sabe.

Quienes me conocen saben -y a quien no me conozca se lo digo- que soy militante cristiano, católico, apostólico y romano, y mi opción política es de izquierdas, en concreto en el Partido Socialista Obrero Español y en la UGT.

¿Esto es incompatible? Rotundamente no. Hagamos un poco de historia.

Esto comienza con Jesús de Nazaret. En el Evangelio de San Mateo, 11. (2,6), Juan el Bautista manda a sus discípulos a preguntar a Jesús “¿eres tú el que ha de venir o esperamos a otro?”. Jesús les respondió: “Id a decirle a Juan lo que estáis viendo y oyendo. Los ciegos ven, los cojos andan, a los pobres se les anuncia la buena nueva…” ¿Esto es patrimonio de la derecha?

Avanzamos en la historia. En el año 1891, el Papa León XIII publica la encíclica ‘Rerum Novarun’ (sobre la situación de los obreros), dando comienzo a lo que conocemos como Doctrina Social de la Iglesia. Tal fue el impacto que produjo no solo en el seno de la Iglesia, sino en toda la sociedad, que se le conoce como el ‘Papa de los obreros’.

Siguen los papas siguiente publicando encíclicas de gran contenido social: En el año 1931 ‘Quadragesimus anno’ (sobre la restauración del orden social en perfecta conformidad con la ley evangélica) del Papa Pio XI,  ‘Mater et magistra’ (sobre el reciente desarrollo de la cuestión social a la luz de la doctrina cristiana) y ‘Pacen in terris’ (sobre la paz entre todos los pueblos) de San Juan XXIII (años 1961 y 1963). Les animo a leerlas junto a todo el compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Cierto que tiene mucha más repercusión mediática cualquier triste noticia que, por ejemplo, la carta pastoral de nuestro obispo, Antonio Algora, en contra de la reforma laboral y defendiendo los derechos de los trabajadores.

El Concilio Vaticano II marcó un hito ya irreversible en toda la Iglesia. Una de sus cuatro grandes Constituciones, ‘Gaudium et Spes’ (año 1965) ‘Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo Actual’, dice, entre otras muchas cosas muy importantes:  “Pero son muchos los hombres que se reúnen en una comunidad política y pueden inclinarse a pareceres diferentes (…) por tanto, habrá cristianos que opten por una determinada opción política, y a la vez otros con la misma legitimidad, opten por otra diferente, unos y otros deben procurar el bien común, por tanto, nadie se apropie del Evangelio para su opción”.

El Catecismo de la Iglesia Católica (V-2442) dice: “No corresponde a los pastores de la Iglesia intervenir directamente en la actividad política (…) Esta tarea forma parte de la vocación de los fieles laicos, que actúan por propia iniciativa con sus conciudadanos. Esta acción pude implicar una pluralidad de vías concretas, atendiendo siempre al bien común...”.

Desde que tengo uso de razón, mi compromiso en la Iglesia se ha desarrollado en la Acción Católica, organización que forma a sus militantes desde un gran amor a la Iglesia, y haciéndonos corresponsables con su misión que es la nuestra, y a la vez en el compromiso político, sindical, cultural y social. Es decir, hacer presente el Reino de Dios ya aquí y ahora.

A lo largo de la dilatada vida de la Acción Católica ha habido muchas personas que han dejado hasta su vida por ser fieles al evangelio y su compromiso con los más desfavorecidos, los pobres, los obreros, marginados… Por poner un solo ejemplo, Guillermo Rovirosa, fundador de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica),  obrero, sindicalista y cristiano, durante la guerra civil estuvo perseguido por ‘beato’. Estuvo escondido en un sótano para no perder su vida. Allí, con un cura y varios amigos más que también estaban escondidos, celebraban diariamente la Eucaristía y al término de la guerra, la dictadura franquista lo condenó a 12 años de cárcel por ‘rojo’.

Defenestrado hasta por los propios obispos de la época, él supo mantenerse fiel al mensaje del Evangelio con lealtad a la dignidad y los derechos  de los obreros. Murió en Madrid el 27 de Febrero de 1964 en la más absoluta pobreza. El 9 de mayo de 2003, se abrió en Madrid su proceso de beatificación. Es decir, a Guillermo Rovirosa hoy la Iglesia lo reconoce como un santo, el apóstol de los obreros. En esta escuela me he formado yo.

Amigo o amiga, he intentado responderte sin acritud y aclarar que según el Evangelio de Jesús de Nazaret, el magisterio de la Iglesia y el testimonio de muchos cristianos, es totalmente compatible ser cristiano y de izquierdas.

Sería muy conveniente que tú y otros más leyerais todos estos documentos, biografías y la propia Historia, y así descubrir que Dios es demasiado grande para esconderlo en unas pocas manos, e intentar, desde posiciones únicamente ideológicas, apropiároslo para vuestros intereses.

Sólo por aclarar