jueves. 25.04.2024

Un reconocimiento a los voluntarios

El voluntario genera un bien social porque su misión siempre está ligada a tareas solidarias o de asistencia, pero el factor más plausible de su trabajo es sin duda la generosidad con la que cede su tiempo.

Un voluntario es aquella persona que ofrece a los demás una parte importante de su tiempo de forma solidaria y altruista, contribuyendo con su trabajo al mayor bienestar de la sociedad. El voluntario genera un bien social porque su misión siempre está ligada a tareas solidarias o de asistencia, pero el factor más plausible de su trabajo es sin duda la generosidad con la que cede su tiempo, acaso el único bien irrecuperable del que dispone el ser humano. La generosidad de una persona a la hora de ofrecer, por ejemplo, una limosna, siempre es relativa, porque la magnitud de su esfuerzo depende de su patrimonio personal. Sin embargo, la generosidad del voluntario es absoluta porque el tiempo nos equipara a todos y nadie es capaz de detenerlo o acumularlo.

Siendo el voluntariado un acto de generosidad tan evidente, en Socuéllamos debemos felicitarnos por la gran cantidad de voluntarios con que contamos y que podemos ver en instituciones conocidas como Cruz Roja, Protección Civil, Cáritas, Solidari@s, Fraternidad para Todos y otras asociaciones solidarias, pero también en otras como la Residencia Nuestra Señora del Carmen, la Protectora de Animales ASPA o el Centro de Atención a la Diversidad Funcional que gestiona Afymos. Todos estos organismos, que cumplen con una importante función social, cuentan con una amplia nómina - unos más que otros - de personas dispuestas a colaborar de forma solidaria y altruista, ofreciendo su tiempo a una causa que juzgan justa o a otras personas - o animales - que necesitan su ayuda.

Una de las propuestas que ha sonado en nuestro municipio hace algunos años es la de premiar este trabajo desinteresado creando un estatus de voluntario que sea tenido en cuenta a la hora de acceder a los mismos descuentos de que disponen los jubilados, los desempleados o los poseedores del carné joven en los actos culturales y deportivos. Para esto habría que regular de algún modo el nivel de implicación que permitiría obtener este estatus de voluntario y crear un carné que permita acreditarlo. Se trataría de una medida original y novedosa que haría justicia al esfuerzo altruista de muchas personas y quizás pudiera contribuir también, en alguna medida, a impulsar el voluntariado entre nuestros vecinos.

La naturaleza del voluntariado es la de realizar una colaboración buscando el bien ajeno sin esperar nada a cambio pero no se trata, en este caso, de ligar una recompensa a un trabajo cuyo espíritu es precisamente no contar con recompensas materiales sino de mostrar, de alguna forma, el agradecimiento y el reconocimiento de la sociedad hacia estas personas ejemplares.     

Un reconocimiento a los voluntarios