viernes. 29.03.2024

El cambio empieza en nosotros

Finaliza 2015 y llega un 2016 con múltiples retos para nuestra sociedad, aunque los cambios más profundos deben nacer en cada uno de nosotros. 

En estos días abandonamos el año 2015 y damos la bienvenida al 2016. Siempre un cambio de año obliga a hacer balance del que se marcha y marcar las expectativas con las que afrontamos el nuevo curso. Aunque la percepción de cada persona depende de su experiencia personal, 2015 no ha sido un año malo.

A nivel político estamos inmersos en una situación de profundos cambios. Ha sido un año marcado por elecciones y, aunque son tiempos de incertidumbre, también lo son de nuevas oportunidades. Han irrumpido nuevos partidos –también en Socuéllamos- y los antiguos han comprendido la necesidad de cambiar sus viejas fórmulas si quieren seguir lanzando un mensaje válido para la ciudadanía. La política ha vuelto a interesar a los ciudadanos como hacía tiempo que no lo hacía y ese nuevo compromiso también es positivo.

En cuanto a la economía, aunque queda mucho camino por recorrer, parece ya constatado que los peores años de la crisis económica han quedado atrás. El desempleo sigue siendo el principal problema y es ahí donde deben centrarse los esfuerzos de las administraciones y, sobre todo, del sector privado, para este nuevo año que comienza. Para seguir construyendo una sociedad fuerte y cohesionada es necesario que las familias tengan cubiertas sus principales necesidades y ahí se encuentra uno de los mayores retos del país para el nuevo año. 

El 2016 también de ser un año de avances como sociedad. Quizás es el tema menos evidente y el más importante. Aunque las circunstancias externas no sean las más propicias, las formas en las que interactuamos entre nosotros, educamos a nuestros hijos, afrontamos nuestras responsabilidades, alimentamos nuestra cultura… La forma en la que cada uno de nosotros, en definitiva, nos desenvolvemos en la realidad incide muy directamente en el modelo de sociedad que estamos construyendo.

En este sentido también queda mucho trabajo por delante. Los vertiginosos cambios que experimenta nuestra sociedad dejan poco espacio a la reflexión. Las tecnologías y las nuevas formas virtuales de relacionarnos ocupan, cada vez más, un tiempo que restamos a nuestras familias, amigos e incluso a nosotros mismos. Se ha instalado un individualismo mal entendido que está debilitando a las familias y educando a nuestros jóvenes en unos valores, cuanto menos, preocupantes para el futuro.

En estas fechas proclives a nuevos propósitos también debemos reflexionar sobre ello. Humanizar el mundo en el que vivimos se inicia por cada uno de nosotros y se puede empezar desde hoy mismo. Un buen comienzo, desde luego, puede ser volver a escuchar a los demás y, especialmente, a los que tenemos cerca. Salir de vez en cuando del universo propio -tan lleno de ruido, por otra parte- y prestar atención a lo que nos rodea -más allá del móvil- puede ser un primer propósito interesante para este nuevo año. 

Llega el año 2016 lleno de retos a todos los niveles. A los españoles –y a los socuellaminos- nos queda mucho trabajo por delante para seguir construyendo una realidad de la que nos sintamos orgullosos. De nada sirven las quejas estériles sobre el mundo en el que vivimos si el cambio no empieza por cada uno de nosotros. No es una tarea fácil, pero sí apasionante.

El cambio empieza en nosotros