viernes. 19.04.2024

Relativizar juicios

El fútbol es algo apasionante porque es impredecible. Hoy se dio un caso poco habitual: el equipo en alza pierde en casa de forma clara ante un rival casi hundido y, además, en inferioridad. La gente quiere ganar, es obvio, pero en fútbol no siempre se gana. El golpe es duro y deja una sensación muy mala en víspera de la festividad. Pero no queda otra que levantarse.

El parón debe servir para aclarar ideas. Saber quien somos y donde queremos ir. Tras estas dos victorias fuera de casa, una vez más teníamos en la cabeza el 24+3=27. Y es un error que llevamos cometiendo mucho tiempo. El playoff está bien, el Campeonato de España-Copa de su Majestad el Rey es fabuloso, pero es algo irreal. Suena repetitivo, pero es un premio fabuloso, no una obligación. Y ganar dos partidos no te añade la obligación de buscar ese premio de forma obsesiva.

Hay que dejar claro lo que somos: el objetivo principal es la salvación y no somos el peor equipo posicionado, ni mucho menos. Pero hay algo importante en el objetivo común y es que la gente no puede dejar de remar en la misma dirección. Tras el 0-3 hubo un gran porcentaje de público que abandonó y eso el jugador lo recibe de forma muy negativa. La grada esperaba un regalo de navidad y pasar tranquilas unas maravillosas fiestas. No fue así y ya nada se puede hacer. Solo seguir el mismo camino.

Perder la pasión por una categoría magnífica como la que estamos disfrutando es lo peor que le puede pasar al club. Irremediablemente eso llevaría en barrena al equipo. Y no creo que queramos despertar todavía de este magnífico sueño. Yo mismo he repetido que hemos perdido con un equipo casi desahuciado, pero al final, que es lo que te da y marca esta categoría, estamos considerando que somos superiores al Getafe B como estructura. Y eso es imposible, nos referimos a un club con estructura de Primera División y que otra cosa no, pero tiene recursos para levantar cualquier situación.

El reto de supervivencia es apasionante porque el rival hace que sea apasionante. Quiero decir que estamos jugando con estructuras deportivas mucho más potentes que las nuestras y, hasta el momento, casi siempre hemos dado la cara. Tirar la toalla no sirve de nada y haría que el potencial de los rivales te pase por encima. Yo, en esta dura derrota, he visto un equipo que lo intentó hasta el último minuto pese a la tremenda distancia que había en el marcador y que en ningún momento se salió absolutamente. Con lo fácil que es perder el ánimo o la cabeza en ese momento, jamás se nos fue y eso es positivo. Sin mucho acierto, sin ningún acierto, pero con carácter y rabia. Esa cualidad, con el apoyo de la grada, es lo que siempre nos hizo más fuertes que nadie. No demos la espalda a algo tan bonito, nunca sabremos si el viaje de vuelta a nuestra rutina histórica tendrá retorno a este paraíso futbolístico

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