Había buenas sensaciones, faltaba el premio

Se logró. Era cuestión de tiempo. La imagen del equipo en los cuatro empates consecutivos era otra y al fin se logró el premio mayor.

Se logró. Era cuestión de tiempo. La imagen del equipo en los cuatro empates consecutivos era otra y al fin se logró el premio mayor. Es innegable que el equipo no estaba jugando tan mal como el ambiente decía y hoy, ese tesón fue premiado. En artículos previos hemos hablado de que solo faltaba la puntería y la puntería llegó, casualmente cuando el delantero goleador del equipo no estaba en el equipo. Las prisas no son buenas, todo lo contrario que el trabajo. Y el trabajo se estaba haciendo bien. Es innegable que contra viento y marea el equipo supo responder. Varios puntos a destacar:

1.- Sobriedad en la portería. Tras un buen inicio de Javi López, la mala racha llevó al veterano cancerbero a ser arrastrado por la inercia y surgió el argentino Facundo Lupardo. Obviamente, en los primeros partidos se le notó algo nervioso y con la normal falta de 'portería', que dirían los puristas. Pero hoy Lupardo fue el mejor del partido. Aguantó al equipo en el partido en el peor momento y evitó una caída estrepitosa.

2.- Seriedad defensiva. Obviamente todo se puede mejorar, pero hoy el equipo cometió menos errores atrás. Por momentos recordó a la infranqueable defensa del año pasado. Desde abajo se construye todo y hoy el equipo se apoyó en un esfuerzo solidario de todo el equipo.

3.- Calle, el faro del equipo. Sin duda uno de los mejores hoy. Culminó la espectacular jugada de Ocaña en el 1-1 y luego fue el faro que iluminó al equipo. Su capacidad para oxigenar al equipo y darle pequeños tiempos muertos durante el partido es clave. Eternamente criticado, pero cuando el equipo dispone de su capacidad para barrer todo balón aéreo, es mejor.

Y esto debería ser un punto de inflexión en la temporada, como lo fue el año pasado aquella victoria en La Fuensanta por estas fechas. El equipo creció el año pasado y el equipo debe crecer este año. Soplan otros vientos en el Paquito y son más esperanzadores que los pasados.

Una única advertencia: con esta victoria el equipo no irá directo al playoff, que nos conocemos. Partido a partido podemos afianzar un buen puesto en la tabla y crecer, ni antes éramos los peores del mundo ni ahora somos el Bayern de Múnich. El optimismo es algo que se dispara rápido en Socuéllamos. Calma, la cosa marcha.