viernes. 29.03.2024

Felices en voz alta

Se perdió en Urritxe. Estoy en un punto de la temporada en el que no me duelen las derrotas. 

Se perdió en Urritxe. Estoy en un punto de la temporada en el que no me duelen las derrotas. Recuerdo con especial dolor las derrotas abultadas ante el Gernika y el Getafe B en casa. También me dolió bastante, mi mano izquierda y un viejo mueble de mi habitación pueden dar fe, las derrotas en Leioa y en Guadalajara en los últimos instantes de partido. Leo y escucho mucha prensa de los rivales en nuestro grupo y la mayoría habla de finales y partidos a vida o muerte. Preparar el encuentro del fin de semana como una batalla. Y yo no me lo tomo así. Porque, para mí, el final de temporada es para disfrutar. Claro, es evidente que no tenemos urgencias deportivas. Si las tuviésemos, sería diferente. 

Lo he hablado mucho con un amigo, Emilio, que también vive entregado a la UD Socuéllamos. No hay vez que nos crucemos en el pueblo en el que no hablemos de la UD Socuéllamos. Y los dos coincidimos en un aspecto - desde su corazón blanco que seguro habrá gozado mucho estas últimas horas - el final de liga es exclusivamente para disfrutar.

Poder disfrutar de los recuerdos es vivir dos veces y yo voy a vivir dos veces. Para mí, no era imaginable vivir estas dos campañas con tanta tranquilidad en las últimas jornadas de liga. Bueno, en prácticamente el tercio final de la misma. Que no nos estamos salvando en las últimas jornadas. Hemos edificado este momento desde hace mucho tiempo.

A veces me imagino dentro de muchos años recordando estas temporadas en los cuadernos que voy guardando con las crónicas que realizo en esta web, con las fichas técnicas de cada partido y con todas las estadísticas que voy almacenando de cada jugador y todo lo que rodea al equipo en general: goles, amonestaciones, expulsiones, minutos jugados y un largo etc. "Te acuerdas aquella victoria en...", "y aquel día cuando..." Un trabajo de chinos, pero que yo voy almacenando con gusto.

Por eso, creo que la competición nos ciega en el presente y nos pone una venda en los ojos. Yo estoy ya disfrutando el pensamiento que disfrutaré en unas décadas. O eso espero. No me encuentro con la filosófica forma de vida de muchos: vivir el presente. Y quizá me esté equivocando. Cada punto tiene su momento.

El presente dice que la semana que viene nos visita el Sestao River en un partido apoteósico por la parte alta de la clasificación. Y me ilusiona. Me viene a la mente un hombre de Villarrobledo que visitó la vieja sede del club cuando mi hermano Jesús regentaba dicho local para ayudar al club en esos menesteres: 'Disfrutad, que habéis ascendido a la primera, nosotros llevamos diez años intentándolo y hemos perdido siempre en playoff'. No se me olvida nunca esa frase.  

El partido de Sestao será duró, pero muy bonito. Es cierto que no tendremos al Paderewski de Cádiz, como llamo cariñosamente a Ocaña - líder y pianista a la vez -, pero seguro que el partido tendrá emociones fuertes. Sed felices, pero no en voz baja, como diría Karr. Sed felices en voz alta.

Felices en voz alta