En unos días damos la bienvenida al próximo año 2017 y, como siempre, se presentan ante nosotros nuevos retos y propósitos para los próximos meses. El cambio de año siempre representa de algún modo la despedida de una etapa y el abrazo a una nueva que comienza, con el plus de ilusión que ello conlleva.
En Socuéllamos existen, como en el resto de localidades, numerosos retos que afrontar para seguir evolucionando y creando futuro. Es indudable que, en gran parte, la administración local aglutina numerosas responsabilidades que repercuten en los vecinos. Por ello, es necesario ser exigentes y pedir a nuestros representantes políticos que realicen bien su labor y dupliquen los esfuerzos para conseguir avanzar en cuestiones como el empleo, la cobertura social y la mejora de servicios en nuestro pueblo.
Además, Socuéllamos debe avanzar en otros aspectos como pueblo para dar un paso hacia delante. Recientemente hablábamos sobre la necesidad de apoyar nuestro comercio para generar riqueza local, pero no debemos detenernos ahí. Sin caer en un chovinismo absurdo, hay que promocionar y apoyar todo lo que sea referente en nuestro pueblo. Indudablemente tenemos carencias, pero también gozamos de virtudes, atractivos y reclamos que hay que impulsar sin titubeos.
Sin ir más lejos, nuestro pueblo cuenta con un patrimonio humano digno de resaltar. Tenemos jóvenes –y no tan jóvenes- que están destacando en el mundo del arte, la cultura, la ciencia, la investigación, el deporte… No podemos olvidarlos porque son orgullo y ejemplo para todos.
Socuéllamos necesita dar un paso al frente porque tiene –siempre los ha tenido- mimbres para ser un pueblo destacado y referente en la comarca. Tenemos la suerte de tener un gran tejido asociativo, organizaciones solidarias que se dejan la piel por los demás, decenas de voluntarios que emplean su tiempo y esfuerzo al servicio de otros, empresas que luchan día tras día por mantenerse, trabajadores que demuestran día tras día sus cualidades, jóvenes que persiguen sus inquietudes…
Socuéllamos puede y debe crecer. Para ello hace falta voluntad de nuestros gobernantes, pero también que cada uno de nosotros aporte su actitud y sus aptitudes para lograrlo. Se marcha un año que, como todos, ha tenido cosas buenas y malas. Detenerse en lo negativo no es útil si no es para aprender de los errores e iniciar un nuevo intento. Comienza un nuevo año, con nuevas oportunidades individuales y colectivas. No dejemos pasar la oportunidad.