jueves. 25.04.2024
CARTAS AL DIRECTOR

Yo no voté a Pedro

Es el momento de hacer camino, de seguir unidos, de demostrar desde la concordia y desde la riqueza que otorga la diversidad como fundamento de nuestro proyecto político que somos un solo partido y no trino.

Muchos me han preguntado, cuando lo hice, por qué me afilié al PSOE sabiendo el contexto económico y social en el que estamos inmersos. Porque, sí, es innegable que nadamos en un posmodernismo en el que el sistema de creencias colectivas parece caduco, que nadamos en una idiosincrasia que nos conduce a una atomización social que pone en valor -sólo- un sistema de creencias individuales e individualistas que cristaliza en la ficción de un individuo autosuficiente y aislado del ‘resto’.

Me afilié al PSOE porque representa la lucha contra esa atomización individualista y casi nihilista, porque defiende que la fuerza y el poder de las sociedades reside en la defensa de las creencia en unas ideas, de los liderazgos colectivos, en el poder del compromiso, en la fuerza de la unidad, de la coherencia y la honestidad con unos principios, de la igualdad sin aristas, del respeto a la diversidad…

De ello hemos dado ejemplo en estas primarias. Hemos dado ejemplo de una elección limpia, transparente, libre y, a diferencia de lo que ocurre en otros partidos, ha sido sin chantajes de líderes que hipotecan la continuidad de su partido a la supervivencia propia, sin cuotas de participación de la militancia anecdóticas o de partidos que ocultan sus discrepancias bajo el velo de una unidad de atrezo.

Por eso es necesario seguir abundando y poniendo en valor nuestras virtudes. Porque, compañeras y compañeros, somos socialistas, porque tenemos una historia que nos avala, unos valores que defender y usar para recuperar y convencer a nuestros votantes -jóvenes y mayores-, sin sectarismos, desde la unidad, sin hacer un proselitismo vacuo, desde el diálogo, la escucha, la humildad y la vocación de servicio, con propuestas que sepan dar solución certera y eficiente a los problemas e inquietudes de la ciudadanía: nuestro alfa y omega. Porque, compañeras y compañeros, nunca hay que perder el contacto con la calle ni recluirnos en nuestras torres de marfil.

En definitiva, es el momento de hacer camino, de seguir unidos, de demostrar desde la concordia y desde la riqueza que otorga la diversidad como fundamento de nuestro proyecto político que somos un solo partido y no trino. Porque, decidme, compañeras y compañeros, en cuántos partidos puede uno unirse a la celebración por la victoria del ‘contrincante’ y poder decir, como es mi caso, sin miedo ni suspicacias: yo no voté a Pedro.

Yo no voté a Pedro