El Programa Empu-G, moviliza a más de 70 adolescentes de entre 12 y 18 años de edad, de la localidad de Socuéllamos, los martes y jueves de cada semana, realizando los diferentes proyectos que lo engloban: Empu-G, Participación Comunitaria, Grupo de Mañanas, Educación de Calle… Empu-G trabaja cada día desde el modelo ecológico, un modelo que se centra en entender cómo una persona es lo que es y hace lo que hace, debido a la compleja y permanente interacción con su ambiente.
Esta idea, llevada a cabo por trabajadores y educadores sociales, junto a animadores socioculturales, dinamizadores y otros profesionales, hace crear un programa global, que cree en el talento de los adolescentes para sacar la mejor versión que lleva dentro cada uno de ellos.
El programa se realiza en varias localidades de la provincia, Manzanares, Miguelturra, La Solana, Tomelloso y Socuéllamos, localidad donde Empu-G lleva funcionando alrededor de dos años y medio.
El Programa en Socuéllamos, con una población muy diversa e intercultural, ha sido muy bien acogido desde sus inicios, tanto por la Concejalía de Juventud, como por otros recursos locales: institutos, servicios sociales, asociaciones…
Este año, gracias al trabajo semanal realizado los años anteriores, se han podido ampliar nuevos proyectos. La semana pasada se celebró el I Encuentro de Participación Comunitaria y la semana que viene se pondrá en marcha Vivir la Adolescencia en Familia, un recurso para las familias de los adolescentes con los que se trabaja a diario.
El paso de los años ha hecho que el equipo vaya creando un vínculo muy importante entre los adolescentes y el profesional, unión que hace que ambos puedan avanzar, siendo un referente educativo en muchos aspectos de su vida, generando autoestima, confianza en sí mismo, hábitos saludables, respeto, empatía… En ocasiones, este vínculo se logra trabajando desde un punto de vista muy informal, como estar en el parque con ellos, pero todo con una preparación previa muy formal.
Esto crea un trabajo muy intenso, y cada vez más demandado por adolescentes y familias de la localidad, lo que genera, en muchas ocasiones, que Empu-G se sature, necesitando más días para el trabajo con los jóvenes. Algo que con el tiempo se logrará, ya que la permanencia y continuidad hace que realmente el recurso sea reconocido por los habitantes de una localidad.
El trabajo semanal de Empu-G, el cual es muy específico con los adolescentes con los que se actúa, puede ser a veces visto como un programa costoso, en comparación con proyectos de ocio y tiempo libre. Sin embargo, este programa, llevado a cabo por profesionales sociales, requiere de personas que hagan de modelos a seguir a través de la creación de vínculos con los adolescentes, realizando un ocio educativo e interviniendo individualmente si estos lo creen necesario para que los menores sean incluidos socialmente en la comunidad.