Lo esencial para saber si has encontrado el amor eterno es dudar. Cuando te hablo de dudar, te hablo de cambiar de opinión. Cuando te hablo de cambiar de opinión, te hablo de tener bajones, subidones... Te hablo de sentir sin disfrazar emociones.
Lo imprescindible para saber si estás enamorado es comportarse como seres humanos. Es decir, cometer errores, perdones, gratitud, cambiar de parecer, cambiar... para que nada cambie. Cuando te hablo de amor y cuando te hablo de saber si estás enamorado... te hablo de que sólo si en algún momento te has hecho estas preguntas has estado enamorado.
Si quieres amar, hazlo, pero ama bien. Para amar bien es esencial reconocer lo que sientes, reconocer cómo es esa persona que amas, con sus virtudes y defectos. La tarea básica es aceptarle tal y cómo es. Las personas pueden cambiar, sólo si quieren cambiar. Se trata de cambiar porque libremente se desea modificar un hábito, una opinión o una conducta.
Pero hazme caso, cambio sólo existe, si se desea, sin imposición y desde la libertad. Si quieres amar, de verdad, atrévete. Recuerda que para saber amar, amar bien, hay que recorrer un camino que no es fácil. Tendrás que valorar cada logro, cada detalle, cada esfuerzo que hace por estar bien, por hacer las cosas simplemente lo mejor que se sabe.
Si quieres encontrar a tu amor eterno, tú misma. Sí, porque si quieres amar es una cuestión de ti misma. De amarte, de mimarte, de respetarte y de aprovechar cada una de las maravillas que hay dentro de ti. ¡Es tan perfecto estar al lado de alguien que te ama! ¡Que te ama de verdad!
Que te acompañará hasta tu último suspiro, que te dio la bienvenida, con el primer respiro de vida. No permitas que tu amor te diga cosas al oído que no te gusten: "dónde vas con estas pintas". "no vales para nada", "así quién te va a querer".
No obligues a tu amor a decir cosas que no siente, a hacer cosas que no quiere, y a renunciar a sus sueños... No sería justo que le trataras mal, que no le dejases decidir su propia vida. No sería justo no permitirle errores que a otras personas sí eres capaz de perdonar.
Porque si amas, tienes que amar bien. Porque mereces amarte a ti misma, mereces aprender a amar dentro de ti para después poder expandir ese amor que ya está forjado dentro de ti a otras personas, situaciones, lugares y momentos.
Te mereces amar, pero amar de verdad. Comenzar ese amor eterno, el amor verdadero, el verdadero amor hacia uno mismo.