jueves. 28.03.2024

Hay que seguir fomentando las actividades en torno al Día del Libro

Este 23 de abril se celebraba el Día Internacional del Libro, una fecha propicia para recordar la importancia de la lectura en un mundo cada vez más vertiginoso y confuso. Los índices de lectura en nuestro país no son lo suficientemente altos como para estar orgullosos y especialmente importante se antoja la necesidad de inculcar el hábito entre nuestros jóvenes.

En Socuéllamos, como recordamos el año pasado, tenemos la suerte de tener una Biblioteca Municipal con un equipo de profesionales que realiza una importante labor de dinamización. Los doce clubes de lectura existentes –algunos con muchos años de antigüedad- demuestran que se está realizando un esfuerzo en divulgar y compartir las bondades que nos procura la lectura.

Durante la semana se han programado diversas actividades en torno al Día del Libro, con el maratón literario como principal reclamo debido a la numerosa participación con la que suele contar. Además, lejos de estancarse, se intenta introducir cada año alguna innovación –en esta ocasión ha sido el cuentacuentos para bebés- para hacer más atractivas las actividades. No obstante, desde el Ayuntamiento se podrían buscar nuevas estrategias para seguir fomentando la lectura.

En este sentido, también echamos de menos la iniciativa del sector privado. Este año, por ejemplo, no se ha instalado un stand de libros, como en otras ocasiones, en la Plaza de la Constitución. Quizás celebrar una feria del libro en Socuéllamos puede ser excesivo y arriesgado, pero un evento puntual en un sitio céntrico como la plaza, con la participación de las librerías locales y de la comarca y una programación de actividades, podría resultar exitoso.

Con la implicación de las iniciativas privadas y el impulso de la administración local, se podría realizar una gran jornada al aire libre en torno a los libros, aderezada con microteatro, actuaciones musicales, actividades infantiles, firma de libros… Aunque el acto de leer suele ser íntimo y personal, no hay por qué impregnar todo lo que rodea a los libros de un aire académico y formal. Quizás, una jornada concentrada en un solo día y de carácter festivo contaría con una mayor participación y ganaría lectores a la causa, que, al fin y al cabo, es de lo que se trata.

Hay que seguir fomentando las actividades en torno al Día del Libro