Es oficial. La UD Socuéllamos jugará por tercera temporada consecutiva en 2ªB. El club estará en la categoría de bronce del fútbol español en la temporada 2016-2017. La confirmación se produjo con la victoria ante el Sestao River y con los pinchazos de los equipos de abajo.
En medio de la tremenda alegría que supone estar donde estamos y, pese a que descender era algo más que improbable desde hace unas semanas, en la jornada que acabamos de terminar es la que nos da derecho a participar en esta categoría -mínimo- hasta la temporada que viene. Puede resultar algo exagerado, pero creo que no somos conscientes de esto.
Hemos salvado la categoría de forma oficial quedando 15 puntos en juego. En el sentir de la gente, es un objetivo pasado y es normal. Pero estoy convencido que dentro del club este domingo fue un motivo de alegría. Quizá el próximo año la cosa no vaya tan bien y nos tengamos que salvar -de hacerlo- en la última jornada. Creo que entonces sabremos valorar bien la capacidad para vivir con tranquilidad la recta final de esta temporada.
¿Recuerdan la derrota por 2-4 contra el Barakaldo? Al término de aquella jornada teníamos 25 puntos. Aquella jornada era la 21. Desde entonces, se han disputado 36 puntos de los que hemos cosechado la friolera de 27. Hemos sumado más puntos en las últimas 12 jornadas que en las 21 primeras jornadas del campeonato. Se dice pronto. Ya pasado la mitad de campeonato y con aquel bagaje tan discreto, es fácil entrar en una dinámica no muy positiva y estar metido en ese túnel hasta final de temporada. La capacidad de reacción que tuvo el equipo es algo más que admirable.
Si contamos únicamente la clasificación en esas 12 jornadas de reacción, el equipo que más puntos ganó fuimos nosotros con 27, seguidos por el Castilla con 24 y el Barakaldo con 23. Se pueden imaginar el ritmo de puntos que llevamos. Por eso, la felicitación al club debe ser obligatoria. Especialmente a los jugadores y el cuerpo técnico, que son los protagonistas dentro del terreno de juego.
Puede quedar excesivamente modesto valorar hoy una salvación oficial que ya era casi segura, pero yo creo necesaria. Era el principal objetivo. En caso de no conseguir más objetivos, mirar cuando nos salvamos nos debe dejar a gusto.
Una de las personas que más he admirado en mi vida es el alpinista Iñaki Ochoa de Olza. En el libro 'Bajo los cielos de Asia', se narra la increíble aventura de un grupo de alpinistas de élite que desafiaron todo lo posible para salvarle la vida. Estaba varado enfermo en el Annapurna, uno de los 14 ochomiles que existen y del que Iñaki nunca pudo hacer cima. No lograron bajarle, murió allí. Al alpinista navarro siempre le preguntaron si consideraba un fracaso no hacer cumbre allí para cerrar el ciclo de los ochomiles y él siempre respondió que no le obsesionaba. Él había subido más de 30 veces a diferentes ochomiles por su trabajo, repitiendo varios de ellos. No lograr hacer cima por un puñado de metros no haría de su vida un fracaso. Por supuesto, mantenía la ilusión de conseguirlo. Siempre destacaba que él veía el Annapurna como la guinda de un pastel. Si se la come, sería fantástico, pero en caso no hacerlo no importaría nada, se ha comido todo el pastel.
Real Madrid Castilla, Real Unión y Sestao River. Los tres últimos rivales en el Paquito. Sin duda, rivales muy potentes que han caído. Y, lo más importante, manteniendo la portería a cero. Algo también muy destacable y que nos ha servido de punto de apoyo en esta reacción estelar.
¿Por qué hacemos esto? Como decía Iñaki en ese libro que he recomendado en este artículo: por lo mismo que otros ríen, lloran y aman, para sentirnos vivos.